"La vida de Nadia no está destrozada"
Pilar Polo, psicóloga de la Fundación Vicky Bernadet contra los abusos sexuales: "Acabemos con el buenismo: hay padres malos"
13 enero, 2017 00:00"La vida de Nadia no está destrozada". Esta es la síntesis que hace una de las oenegé españolas más reconocidas en la prevención y lucha contra los abusos sexuales en la infancia: la Fundación Vicki Bernadet. Pilar Polo, su psicóloga, pasa revista a uno de los casos más acuciantes: el de Nadia, la joven leridana cuyos padres se enfrentan a una imputación por elaboración y tenencia de pornografía infantil, así como de exhibicionismo y provocación sexual.
-Pregunta: ¿Qué se ha hecho mal en el caso Nadia?
-Respuesta: De momento, los mecanismos han funcionado. Una investigación periodística descubre la presunta estafa del padre. Se activa una investigación policial y los agentes destapan otro supuesto delito de abuso sexual. Y la menor entra en un programa de protección.
-¿Se podría haber evitado?
-Difícilmente. Tenemos que matar ese buenismo. Hay padres malos que utilizan a sus niños para aprovecharse económicamente. En este caso, mediante una enfermedad o cosificando a sus retoños.
-¿Cuántos niños españoles sufren abusos de tipo sexual?
-Los datos de estudios son muy antiguos. En la fundación recibimos mil peticiones en 2016, de las cuales unas 600 acabaron con visita presencial de la persona. Más de 230 usuarios siguen un programa en la fundación.
-¿Qué consecuencias tienen los abusos sexuales en adultos?
-El problema es que los abusos difícilmente se pueden atajar cuando ocurren. Se admiten muchos años después.
-¿Qué ocurre entonces, ya de adulto?
-Lo prevalente es el sentimiento de culpa. Generalmente, viene aparejado a una autoestima baja. Además, hay otros muchos problemas psicológicos: de actitud, como comportamientos sexuales de riesgo, o incluso físicos. Hay gente que sufre dolor en el pecho o en el estómago.
-¿Hay muchos abusos en la familia cercana, como en el caso de Nadia?
-Efectivamente. El 80% de las agresiones se producen en el entorno de confianza del menor: padres y madres, escuela y actividades extraescolares.
-¿Cómo penetrar pues en ese círculo de confianza?
-Creando una agenda política, social y mediática que hable de la infancia con naturalidad.
-¿Y cómo se hace eso?
-Como en el caso Nadia, la mayoría de noticias son escabrosas. No debería ser así. Hay que admitir que el abuso ha existido siempre. Y que existirá. Así que hay que nombrarlo, detectarlo y actuar. Artículos de prensa que describan el abuso y las herramientas para su prevención. Y no culpabilizar a la víctima.
-¿Se culpabiliza a los niños agredidos?
-Sí, a menudo. "Algo habría hecho", "Si le hacían eso, por qué volvió" o "Por qué no lo denunció" son tres frases que se oyen a menudo en casos de abuso sexual. Y no debiera ser así. Los niños no denuncian.
-¿Qué piensa o siente un menor agredido?
-Es una persona en plena formación personal y psicológica. Siente culpa o la sensación de que ha hecho algo mal. Cuando lo cierto es que alguien abusa de él o ella en una posición de poder con un fin sexual, no siempre físicamente.
-¿Hay abusos sin contacto físico?
-Claro. Hay abusos sexuales que son miradas. Hay gente abusada que ha sufrido comentarios sexuales durante toda su vida, sin un solo tocamiento. Eso también son abusos.
-¿Cómo se recupera la víctima de un abuso sexual?
-Creando un espacio de confianza a su alrededor. Un lugar en el que se pueda recuperar. Con ayuda de profesionales, se trabaja el sentimiento de culpa para deshacerse de él.
-¿Intervienen siempre psicólogos o terapeutas?
-No siempre. Hay gente que se recupera sola, sin ayuda. Cada caso es distinto.
-¿La vida de Nadia ha quedado herida?
-Nadia se puede recuperar como cualquier otra víctima. Pero sería bueno aprovechar el caso para crear otro entorno social, otra mirada.
-¿Cuál sería esa mirada?
-El fin del paternalismo y la victimización. Otra óptica sobre la infancia. Escucharles, preguntarles lo que quieren. Hay mucho "Calla y escucha", y eso no ayuda en la prevención.