El supremacista blanco Dylann Roof ha sido condenado este martes a la pena de muerte por la matanza perpetrada el 17 de junio de 2015 en una iglesia frecuentada por fieles afroamericanos en la localidad de Charleston, en Carolina del Sur. 

Las diez mujeres y los dos hombres que forman el jurado, que ya condenaron a Roof el mes pasado por los nueve fallecidos en este ataque, han recomendado la pena de muerte tras tres horas de deliberaciones, según han informado los medios de comunicación estadounidenses. 

El veredicto de este tribunal popular, que se basa en 18 cargos por homicidio y delitos de odio, será ratificado a las 9.30 (hora local) del miércoles por el juez encargado del caso, Richard Gergel.

Sin arrepentimiento

Roof, de 22 años de edad y que se representa a sí mismo, ha hecho poco para convencer al jurado de que le perdonara la vida. No ha presentado pruebas ni testigos y ha frenado cualquier intento de hacerle pasar por un enfermo mental. 

"En mi confesión al FBI les dije que tenía que hacerlo, pero obviamente en realidad no fue así. Lo que quería decir es que sentía que tenía que hacerlo y todavía lo siento", ha dicho en sus cinco minutos de alegato final. 



"Por lo que me han dicho, tengo el derecho a pedirles que me sentencien a cadena perpetua, pero no estoy seguro de si sería bueno", ha indicado, aduciendo a las condiciones carcelarias. "Solo diré que (para eso) solo uno de ustedes tiene que disentir", se ha limitado a señalar. 

"Racista sin remedio"

En cambio, el fiscal del caso, Jay Richardson, ha hecho un emotivo alegato de unas dos horas en el que ha aportado detalles de la vida personal de las nueves víctimas mortales y ha definido a Roof como un racista sin remedio. 



Richardson ha recordado que Roof lo tenía todo previsto --visitó la iglesia hasta tres veces antes de atacar--, se ensañó, ya que disparó más de 75 veces teniendo que recargar munición hasta siete veces, y no ha mostrado ningún remordimiento.