En Venezuela se han enterado poco de la boda de Raquel Bernal (42, 43 o 44 años, según las fuentes) con el caballista sevillano Álvaro Muñoz Escassi (42). Internet se cae todo el rato y papel no hay ni para después del popó, papichulo. Entre las prioridades de la mayoría de los venezolanos no está la de comprar el Hola, aunque no por falta de ganas sino de liquidez. El exilio de Miami sí que está al cabo del evento, entre otras razones porque Bernal tiene casa allí, más en La Romana de Punta Cana y en La Moraleja que se sepa. Doña Raquel no tiene un bolívar, como la mayoría de sus compatriotas, pero es porque se maneja en dólares, euros y francos suizos y es relativamente popular en su país. Es decir, la conoce todo el mundo, pero en lo relativo corre el cuento de que era "la Barbie" del comandante Chávez y es por ahí que hay que gente que se acuerda de Bernal cuando escasean el ñame, la yuca o las aspirinas.

Alvaro Munoz Escassi raquel bernal

Alvaro Munoz Escassi raquel bernal



Visto desde la perspectiva de La Moraleja, a Raquel Bernal, Miss Mérida de Venezuela cuando aún era más joven, lo del gorila rojo le parece un infundio, una patraña, ganas de hablar y envidia cochina. En el club de los millonarios es de muy mal gusto indagar en el origen de las fortunas. Además, Raquel es un bellezón. ¿Que ha pasado por el quirófano? Pues claro. ¿Quién no se ha retocado la nariz, subido las nalgas o realineado la piñata si le sale el dinero por las orejas? Así que ahí tenemos un mirlo blanco. Una mujer bella, rica riquísima y con el suave acento caribe en la manera de hablar, caminar y yacer en la hamaca. Puede que no sepa preparar el pabellón criollo, culminación de la cocina venezolana a base de arroz blanco, frijoles negros, plátano frito y carne a tiras, pero es seguro que a su nuevo marido, el jinete Álvaro Muñoz Escassi, el plato venezolano por antonomasia le importa una higa.

Relaciones anteriores

El caballista, ex de Lara Dibildos, padre de un niño con la antedicha y de la joven María Barrachina fruto de una relación anterior, es lo más parecido que hay en España a un playboy internacional cuya fortuna está entre las piernas en tanto que domador de equinos, tratante de yeguas, preparador de cuadras internacionales y gurú de la equitación en Dubai. Lo que antaño era un mamporrero, a los que más o menos les ha ocurrido como a los cocineros, que de personal de servicio han pasado a chefs y se codean con los amos.

Lo de los caballistas es tendencia. Les gustan a las mujeres poderosas. La hija de Amancio Ortega tuvo un efímero marido jinete, a la Infanta doña Elena, tremenda amazona, se la relaciona día sí día también con su viejo amigo Luis Astolfi y el más popular de los Alba, Cayetano Martínez de Irujo (que encandiló y se casó con la bella Genoveva Casanova y ahora sale con una universitaria) también es un consumado montador.

Y a mayor abundamiento, los vínculos hispánicos con Venezuela no pasan sólo por Podemos y el profesor Monedero (gran amigo de la superposh Carmen Lomana), sino que son muy reales. Así, Margarita Vargas, hija del millonario venezolano Víctor Vargas, máximo accionista del Banco Occidental de Descuento, enlazó con el hijo de Alfonso de Borbón y Dampierre y Carmen Martínez-Bordiu Franco, Luis Alfonso, pretendiente al trono de Francia con el nombre de Louis Alphonse de Bourbon, Luis XX de Francia y Navarra más Duque de Anjou. Como es lógico, Luis Alfonso, que trabaja para su suegro, también sabe montar a caballo porque eso forma parte de una estricta educación suiza.



Volviendo a doña Raquel, los amigos de Muñoz Escassi no paraban de palmotearle la espalda en la suntuosa boda celebrada en el megacondominio venezolano de los pastosos planetarios. ¡Esta vez sí, Alvarito!, le decían. El jinete asentía y peroraba sobre sentar la cabeza a su edad, 42 años y con dos hijos a cuestas: "Ella quiere un niño, pero yo prefiero una niña, así que tendremos dos", manifestaba en el casorio, celebrado el Día de los Santos Inocentes. Chévere. Es que ella ya tiene una hija de 22 años que estudia en Madrid.



¿Y qué mérito tiene Escassi? se preguntarán algunos. Pues entre otras cosas es un consumado jugador de polo, que es el deporte de la figurita esa de las camisas peras. En cambio, los amigos de Bernal musitan que el pavo es poco pollo para tanto arroz de señora. Será, pero Muñoz Escassi les podría dar clases a todos ellos de cómo casarse con una millonaria venezolana. ¿Braguetazo? A galopar, colega, hasta enterrar los prejuicios en el mar.