Los investigadores del grupo de homicidios de los Mossos d'Esquadra están convencidos de que a primera hora de la madrugada del lunes, mientras la mujer dormía en la cama, Alfons Quintà entró en su habitación y, a punta de escopeta, le descerrajó un tiro que acabó con su vida. Acto seguido, el veterano periodista se trasladó al salón, se sentó en un sofá y se suicidó.
Los primeros informes de balística y la información obtenida en el escenario del crimen llevan a la conclusión de que se trató de un asesinato de género.
Celos y reproches
En la casa apareció una extensa nota manuscrita de puño y letra por Alfons Quintà en la que daba detalles, algunos escabrosos, de las tensas relaciones que mantenía con su mujer, la doctora Victòria Bertran. Celos, reproches, supuestas infidelidades y la posibilidad de una separación en ciernes sobrevolaba ese matrimonio.
Los agentes policiales están a la espera de conocer los informes toxicológicos, para saber si en el momento de los hechos alguno de ellos había ingerido alguna sustancia que alterase su voluntad.
Cabe decir, en este sentido, que en la inspección ocular no aparecieron ni pastillas ni alcohol, ni en el salón ni en la habitación del domicilio de Quintà.
La hermana alertó
Los Mossos se disponen a interrogar a personas allegadas al matrimonio para concretar si, efectivamente y como parece de las primeras pesquisas, la relación entre ambos cónyuges era tensa, casi insostenible.
Una de las personas que prestarán declaración será la hermana de la facultativa muerta. Ella fue quién llamó el lunes a los Mossos d´Esquadra extrañada porque su familiar, Victòria Bertran, no le respondia a sus llamadas ni a sus mensajes de WhatsApp. Los Mossos comprobaron que la doctora Bertran no fue a trabajar y se personaron en el domicilio del matrimonio situado en el barcelonés barrio de Les Corts.
Tiros que parecieron petardos
Allí, en el domicilio, uno de los vecinos afirmó haber oído sobre las dos de la madrugada unos golpes secos, como si se tratase de unos petardos. Y confesó a los investigadores que no le dio importancia, según su declaración. De hecho, otro vecino comentó a los Mossos que antes, sobre la una de la madrugada, había escuchado dos detonaciones y, alertado por ello, llamó a la Guardia Urbana. Según este vecino, pensaron que se trataba de dos petardos o cohetes de los muchos que se oyeron en la ciudad al finalizar el partido entre el FC Barcelona y el RCD Espanyol. Ante la insistencia de la hermana, quizá alertada por la tensa relación existente en los últimos tiempos, los Mossos y los bomberos entraron en el inmueble y se encontraron con los dos cadáveres.