Pistoletazo de salida a la Navidad. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha dado su visto bueno para proceder al mítico encendido de las luces navideñas que decoran las calles en más de 100 kilómetros de todos los distritos de la ciudad. Se adelanta dos días a la fecha del año pasado y se anticipa, incluso, a los grandes almacenes a quienes popularmente se les atribuye el poder de decidir cuándo empiezan las fiestas.
La propia alcaldesa fue la encargada de simbolizar el encendido general de las luces en el cruce de la avenida Paral·lel con la ronda de Sant Pau ante un público mayoritariamente infantil que no disimulaba su ilusión por los días venideros. Un clima que no comparten demasiado los vecinos y comercios de la mayoría de zonas de Barcelona.
El motivo radica en la subvención que aporta el consistorio barcelonés a los comercios del centro --en concreto de las calles Poeta Cabanes, Aragón, Balmes, Gran Via de les Corts Catalanes, avenida Paral·lel y ronda de Sant Pau--, a los que les paga el 100% de la iluminación de Navidad. Algo que no hace con el resto de la ciudad y que provoca el enfado del resto de comerciantes.
Calles importantes
Una portavoz municipal explica a Crónica Global que, en 2016, han otorgado subvenciones a 77 asociaciones, lo que supone un total de 810.000 euros. Destina el 100% del dinero solo a las calles en las que “no hay tejido comercial y son lo suficientemente importantes como para potenciarlos”. La idea es que, con el tiempo, los comerciantes de estas calles sean los que cojan el relevo y paguen ellos el 50%.
Bartolomé Criado, presidente de la Asociación de Vecinos y Comerciantes del Turó Parc, muestra su indignación a este medio: “Dicen que son ejes de ciudad, ¿y nosotros que somos?”. Lamenta que no se consideren como tal unas calles tan sustanciales como Calvet, avenida Diagonal, avenida Sarrià, ronda General Mitre y Via Augusta. “Llevamos años pagando entre 30.000 y 40.000 euros para las luces de Navidad”, añade.
“Hacéis el tonto”
El presidente de la asociación del Turó Parc explica que se enteró de las subvenciones a otros ejes comerciales cuando algunos establecimientos abandonaron la zona más céntrica de Barcelona para mudarse allí. “Íbamos a pedirles que colaborasen para las luces y nos decían que estábamos haciendo el tonto, que a ellos siempre se lo habían pagado”.
Criado critica que el gobierno municipal no les apoye económicamente y, sin embargo, haya puesto en marcha iniciativas como la del año pasado, cuando premió con 10.000 euros al estudio Emiliana Design y a la estudiante Clara Vidal como ganadores del primer concurso Enciende la Navidad para que diseñaran la iluminación de la Gran Via y la calle Aragón.
“En el Turó hay más de 400 comercios y despachos y más de 500 comunidades de propietarios”, argumenta, y recuerda que, hace unos años, no tuvieron más opción que utilizar antorchas en lugar de las tradicionales luces navideñas por falta de presupuesto.