Los correbous no se tocan. ERC, que hace seis años apoyó sin fisuras la prohibición de las corridas de toros en Cataluña en el Parlamento catalán --CiU y PSC dieron libertad de voto a sus diputados--, no quiere ni oír hablar de suprimir festejos como los toros ensogados de Amposta (Tarragona). Esta fiesta tiene una gran tradición en las tierras del Ebro, donde precisamente los republicanos tienen un importante granero de votos.
Sobre esta doble moral hablan con Crónica Global portavoces del Partido Animalista PACMA, que el pasado jueves presentó en las consejerías de Presidencia de la Generalitat de Cataluña y de la Comunidad Valenciana un total de 73.000 firmas en las que se pide suprimir los bous al carrer y los correbous. Esta iniciativa forma parte de la campaña de esta formación contra los toros embolados, que sufren quemaduras en la cabeza y en el lomo hasta el punto de quedarse ciegos; los toros ensogados, que padecen desgarros en el cuello e incluso desnucamientos, y los toros a la mar, que causan neumonía por aspiración de agua.
Las excusas del Gobierno catalán
“Hemos pedido que se modifique la ley catalana de protección de los animales para prohibir esos festejos, pero ERC nos dice que los correbous son una seña de identidad. Las corridas se abolieron porque suponía un maltrato animal, pero eso no vale para otros festejos que no aportan nada al PIB”, explican estas fuentes. Una de las excusas del Gobierno catalán para no modificar la legislación es la reciente sentencia del Tribunal Constitucional, que anula la prohibición de las corridas. “Nos dicen que no va a servir de nada”, añaden.
Según el PACMA, cada año se celebran más de 8.000 festejos taurinos populares en Cataluña y la Comunidad Valenciana. En el caso de la comunidad catalana, se calcula que hay unas 300 celebraciones donde se torturan toros. Los animalistas quieren seguir adelante en su lucha por acabar legalmente con ese maltrato, tal como se consiguió con el Toro de la Vega.