¿Problemas con el wifi? Seguro que ninguno comparado con lo que se avecina: el colapso de la red. Investigadores advierten de la posibilidad de saturación de la frecuencia en la que opera el wifi ante la creciente implementación del internet de las cosas (IoT) --interconexión de objetos cotidianos con internet-- y la falta de regulación.
Operadores de telefonía, fabricantes de chips wifi y grupos de investigación tienen la próxima misión de garantizar la equidad de la explotación de esta banda gratuita y universal del espectro (2,4 GHz) antes de que sea tarde.
El wifi no deja de ser un “sistema de conexión inalámbrica, dentro de un área determinada, entre dispositivos electrónicos, y frecuentemente para acceso a internet”, según la RAE. Esta red utiliza, por lo general, la frecuencia 2,4 GHz, pero también la 5 GHz. El problema es la saturación por el IoT y por el uso de la banda que realizan otras tecnologías, como Bluetooth u operadores de telefonía.
LTE contra wifi
Éstos derivan, cada vez más, la compartición de datos por LTE a la frecuencia de 5 GHz, también libre --en este caso pasa a denominarse LTE-U--, para evitar la saturación de la banda en la que operan con su tecnología. Así, mientras el sistema wifi interrumpe la señal si ve que la banda está ocupada, la tecnología LTE-U se abre camino sin preguntar por 5 GHz y puede provocar cortes e interferencias en los aparatos wifi.
Siete aparatos por habitante
“No llegaremos al colapso, pero hacen falta mecanismos reguladores”. Él y su equipo acaban de presentar un estudio que dibuja la situación actual para concienciar a la industria y a la población sobre las consecuencias de este crecimiento. Prevén 50.000 millones de dispositivos conectados a internet en 2020, con una media de siete aparatos por habitante. Curioso, pero la estadística coincidirá con el 60% de la población habitando en ciudades.
Vilajosana, a petición de Crónica Global, explica que se están realizando estudios para regular el uso de las frecuencias citadas y su capacidad para ofrecer un acceso justo a la red. En la misma línea, cimienta su negativa al colapso con los grandes intereses que hay detrás de las telecomunicaciones: “Existen la Wi-Fi Alliance --organización sin ánimo de lucro que promueve esta tecnología y certifica productos wifi-- y otras con muchos intereses y no colapsará”.
Intereses ocultos
El investigador cita también a grandes empresas que “fabrican 100 millones de chips para wifi al año”. Demasiado dinero y demasiado poder como para dejarlos morir por saturación. Pero nunca está de más recordar a los grandes actores mundiales que “trabajen en los mecanismos de regulación necesarios que eviten problemas futuros a los usuarios”.
“Hay que poder hablar de estas cosas abiertamente para así generar un debate que nos ayude, a todos, a encontrar los mecanismos adecuados para conseguir una correcta cohabitación en la red entre la ciudadanía y la industria”, añade Vilajosana. Él habla de “conectividad masiva” para mejorar las comodidades de la sociedad. Unas comodidades que requieren regulación para evitar el temido colapso.
Ciudades inteligentes
La tendencia, concluye, es adoptar tecnologías de frecuencias más elevadas, lo que permite mayor envío de información, pero su radio de cobertura es menor y son necesarias antenas de repetición.
La advertencia llega en el momento más oportuno. Entre el 15 y el 17 de noviembre, Barcelona celebra el Smart City Expo World Congress, el mayor organizado hasta la fecha, con una representación de más de 600 ciudades, 412 ponentes y 576 expositores. Efectivamente, las ciudades inteligentes también ejercerán su derecho a uso de las frecuencias de 2,4 GHz y 5 GHz, entre otras.