Lleva años prestando servicio en la Unidad de Seguridad Ciudadana (USC) de los Mossos d'Esquadra y nunca se había enfrentado a una situación como la que vive actualmente: está condenado a pagar 45.000 euros a un hombre al que arrestó por intentar atropellarlo y, posteriormente, darse a la fuga, según ha podido saber Crónica Global.
Los hechos ocurrieron hace siete años en un área de servicio de la autopista del mediterráneo (AP-7). El agente condenado observó que el hombre manipulaba algo dentro del vehículo y decidió cortarle el paso con el coche policial. Bajó del automóvil junto a su compañero para dirigirse hacia el conductor con el objetivo de proceder a una identificación preventiva, pero éste aceleró en un intento de atropello al policía y huyó.
Persecución policial
Rápidamente se inició una persecución que finalizó en el peaje más cercano. Se añadió a la carrera otra patrulla de los Mossos d’Esquadra. El primer vehículo policial pasó la barrera por el carril donde estaba situado el dispositivo teletac y se adelantó al coche del fugitivo, mientras que el otro se colocó detrás, consiguiendo ambos bloquear su paso.
Una vez se vio sin escapatoria, el hombre salió del vehículo con dificultades por la cercanía de la máquina de pago del peaje y obedeció las órdenes de los policías, que procedieron a su detención. La defensa del arrestado alega que tiene un brazo roto y el informe pericial lo certifica, motivo por el que solicita al policía que le puso los grilletes una compensación de 45.000 euros y, si no los paga en unos días --algo posible por la imposibilidad del agente de reunir esa cantidad de dinero--, deberá cumplir un año y nueve meses de cárcel.
El papel de la Generalitat
Faltará por ver la actuación de la Generalitat que, pese a no estar condenada, ha intervenido con indemnizaciones económicas en otros casos como el de los mossos investigados por dejar sin ojo a Ester Quintana --con 260.000 euros--; el del agente de la Brigada Móvil que dio un porrazo a un fotoperiodista de La Vanguardia --10.000 euros-- o el de la muerte de Andrés Benítez, el empresario del Raval, tras su detención por parte de ocho agentes --150.000 euros--.
Por el momento, no se descarta la posibilidad de que se inicien movilizaciones de apoyo al agente.