Cuesta menos de un euro por pastilla si se compra por cajas a través de internet (también se comercializa en sobre de gelatina), frente a los 20 euros por unidad que vale su competidor autorizado: Viagra. Genera menos problemas digestivos y metabólicos. Afecta en menor medida a la tensión arterial y sus efectos estimulantes en los hombres son más rápidos y más duraderos.
Kamagra versus Viagra
La Kamagra es un firme enemigo comercial de la Viagra. Pero no es legal, aunque tampoco ilegal del todo a tenor de la facilidad con la que se puede adquirir a través de la red sin apenas cortapisas. Una simple gestión telemática y en 24 horas distribuidores radicados en Londres, Bruselas o Berlín, reparten las pastillas a cualquier domicilio español.
La Kamagra no ha sido reconocida por la Agencia Estatal del Medicamento, por lo tanto es una sustancia ilegal en España. Se persigue su tráfico, aunque tampoco forma parte de la lista de drogas que identifica como perseguibles la Organización de Naciones Unidas.
India, la gran fábrica
Esta medicina, que se fabrica fundamentalmente en India y que se distribuye a todo el mundo a través de distintos países centroafricanos que actúan como puente, es legal en media Europa. Hasta tal punto es así, que se da la paradoja de que en Reino Unido el medicamento se puede comprar en las farmacias sin receta.
Sin embargo, en España es ilegal. Algunos jueces han procedido por un presunto delito contra la salud pública contra aquellos que han tratado de introducir el fármaco en España o han sido detenidos con importantes cantidades almacenadas.
Como comprar un caramelo
Kamagra es un medicamento cuya fórmula se circunscribe al citrato de sildenafil, utilizado inicialmente para el tratamiento de las anginas de pecho. Sin embargo, los ensayos clínicos han demostrado que el sildenafil no afecta al flujo sanguíneo cardiaco, pero, en cambio, aumenta el flujo sanguíneo hacia los genitales. Desde el momento en que eso se reveló, el sildenafil se ha utilizado para el tratamiento de la disfunción eréctil.
La proliferación en el mercado negro de la Kamagra (nombre comercial) ha llegado a tal extremo que, en los principales centro de prostitución de España, se ofrece a los clientes por un precio que no supera los cinco euros.