H&M ha conseguido de nuevo despertar la atención de forma coordinada en todo el mundo este jueves con el inicio de la comercialización de una colección cápsula con un gran diseñador en auge, Kenzo. Se han registrado colas en las primeras horas de la venta en todos los establecimientos, entre ellos el de Gran Vía de Madrid y el de la milla de oro de Barcelona, Paseo de Gràcia; y tras horas de locura en los establecimientos, sólo quedan los restos de serie.
Como es habitual en las colaboraciones de este tipo, en el que diseños con el nombre de uno de los grandes se pueden obtener a precios más asequibles, los productos que se han agotado ya están en portales de reventa a precios muy superiores. Los vendedores más avispados piden ahora 119 euros por una sudadera masculina que se podía adquirir por 50 euros por la mañana; 121 por la misma propuesta pero en la sección de mujeres o 60 por una camiseta que costaba la mitad en la tienda, entre otros.
Más caché pero con expectativas frustradas
¿Es eso malo para el grupo textil sueco? No del todo, según los expertos consultados. Que se genere este mercado de segunda mano con precios desorbitados, ya que en algunos casos se acercan a los del propio diseñador en sus tiendas, le da más caché a las colaboraciones puntuales con grandes nombres de la moda internacional. Pero también provoca decepciones entre clientes habituales a los que le grupo quiere mimar con iniciativas de este tipo.
Reventa de productos de Kenzo, entre los que se encuentran los de la colección cápsula de H&M / CG
Tras las primeras experiencias en las que se llegaron a reportar peleas entre clientes dentro de los establecimientos, el grupo fijó un límite de adquisiciones por persona el día de autos. Intentó limitar la especulación con un éxito relativo.
Kenzo, una firma de éxito desde los ‘70
Kenzo es una de las firmas al alza en los últimos años. Es una firma consolidada, ya que Kenzo Takada (27 de febrero de 1939) alcanzó el éxito a nivel internacional en la década de los 70 que entró en el conglomerado del lujo LVMH, propiedad de los Arnauld, en 1993. Se retiró en 1999 y cedió las riendas del negocio a su asistenta, aunque ha reaparecido en ocasiones puntuales para involucrarse en colecciones muy concretas como productos del hogar.
Se desvió del diseño japonés tradicional hace tres años, cuando inundó las calles con sudaderas con una cara de tigre y el nombre de la firma en letras grandes. Las mezclas de colores cantonas se reprodujeron en todo tipo de propuestas y la casa las ha ido actualizando temporada tras temporada. También llegaron a H&M y fueron los productos que se agotaron de forma más rápida.
En el resto de la colección cápsula se ha teñido de los diseños geométricos y atrevidos que son marca de Kenzo en esta última etapa. Son las propuestas más atrevidas las que aún se pueden encontrar en las perchas de la compañía sueca.