Oscar L. tiene 47 años. Cuando tenía 23, participó en el brutal asesinato de la transexual Sonia, un crimen del que ahora se cumple el 25 aniversario. Entonces reconoció ser miembro de un grupo neonazi que, como divertimento, acostumbraba a salir por las noches de Barcelona a eso que llamaban en su particular y macabra jerga “salir a tocar el tambor”, que no era otra cosa que marchar, borrachos de alcohol y de odio, armados con palos, navajas y puños americanos, a apalear a transexuales, indigentes o personas de una etnia que no fuera la de ellos.
Reincidencia
Le condenaron por encubrimiento a 10 años de cárcel que cumplió.
Este pasado mes de agosto, Oscar L. se topó con un matrimonio magrebí que paseaba por las calles del Born de Barcelona. El neonazi se acercó a la mujer que portaba una hiyab --pañuelo usado por las mujeres musulmanas para cubrirse la cabeza-- y, tras recriminar su indumentaria, le propinó una patada en el vientre. La mujer estaba embarazada. Oscar L. fue retenido por otros transeúntes y detenido por la Guardia Urbana. Los agentes que participaron en la detención y que elaboraron el correspondiente atestado no remitieron ese informe, como hubiera sido lo habitual, a la sala de coordinación policial donde se comparten datos con los Mossos d'Esquadra.
Atestado vacío
Quizá por ello, el atestado que se adjuntó en el momento en que el detenido fue puesto a disposición del juez de guardia no contemplaba los antecedentes judiciales del detenido. Ese relevante dato, por consiguiente, no pudo ser evaluado ni tenido en cuenta por el magistrado a la hora de determinar una eventual medida cautelar contra este individuo. Oscar L. quedó en libertad sin medida cautelar alguna, pendiente de juicio.
Transcurridas las semanas desde su detención, los Mossos tuvieron acceso a ese atestado y, de forma unilateral, comunicaron al juzgado los antecedentes “extremadamente relevantes” del detenido. En todo caso, el trámite judicial ya está hecho y ahora solo cabe ver cuál será la respuesta del tribunal que lo juzgará.