La estatua ecuestre de Franco decapitado ya no está expuesta en la puerta del Born Centre de Cultura i Memòria (Born CCM). En solo cuatro días, se había convertido en la diana de todo el que transitaba por la zona recibiendo el impacto de huevos, pintura, grafitis, muñecas hinchables, puertas y banderas como la estelada o la del colectivo homosexual, entre otros.
Tras ser derribada por un grupo de jóvenes la noche de este jueves, el Ayuntamiento de Barcelona la retiró. Pese a todo, el teniente de alcalde de la capital catalana, Gerardo Pisarello, ha mantenido que la exposición Franco, Victoria y República. Impunidad y espacio urbano ha sido un acierto, pero ha admitido que debería haberse explicado mejor el motivo y buscar más consenso político.
Pisarello ha destacado, además, que visto el resultado consideran que han conseguido el objetivo de la exposición: una reflexión pública sobre la impunidad de los símbolos franquistas en la calle también es democracia. Ha informado de que también retirarán la estatua de La Victoria ya que no tiene sentido exhibirla sin la otra estatua, y ha lamentado que se haya dañado patrimonio pero considera que estas reacciones son “perfectamente comprensibles”.