Toni Comín ha plantado por partida doble a la alcaldesa de Sant Cugat por su oposición a la expulsión del Hospital General, situado en esta localidad del Vallés, de la red pública. El consejero catalán de Salud ha rechazado encontrarse con la convergente Mercè Conesa dos veces esta semana, ahondando en la crisis entre ERC y CDC por la exclusión del complejo médico del Siscat.
"El equipo de Comín había informado de una reunión con el personal del General en el Ayuntamiento de Sant Cugat el viernes. Cuando la alcaldesa pidió estar presente, la reunión se desconvocó y se trasladó a la Consejería de Salud, en Barcelona", explican fuentes cercanas al conflicto.
El rifirrafe no acabó ahí. "Una vez recolocado el encuentro, el conseller volvió a vetar a Conesa con el argumento de que no podía invitar a todos los alcaldes de la zona. El equipo de protocolo de Conesa está perdido", ha agregado la misma fuente.
Seducir a CCOO
Con Conesa lejos de la mesa, Comín tendrá vía libre para perseguir el verdadero objetivo de la reunión: seducir a CCOO, mayoritaria en el comité de empresa del Hospital General. "CCOO tiene 10 de los 21 delegados del comité del General. Y el sindicato fue el único que votó en contra de la desprivatización en el Consejo General del Servicio Catalán de Sanidad (CatSalut) en mayo. La posición del sindicato es clave", apunta un facultativo del centro.
El movimiento es crucial, pues el descontento en el complejo médico concertado es mayúsculo. Tanto es así que la semana pasada algunos trabajadores propusieron cortar la autopista AP7 a la altura de Sant Cugat para protestar contra el plan.
"Estarán Joan Carles Gallego, secretario general de CCOO, y el responsable del sindicato en la zona del Vallés. Con UGT convencida de la expulsión por la influencia de ERC, al consejero solo le falta persuadir a Comisiones", indica un médico del centro.
Desconcierto en Junts pel Sí
En el carril político, el titular de Salud tampoco lo tiene fácil. Si en público el Gobierno catalán guarda silencio sobre los planes de Comín, en privado el descontento es creciente. "Los dirigentes de CDC confiesan sotto voce que el republicano está perdido. Una cosa es estar en la oposición, y otra gobernar", han explicado fuentes parlamentarias.
El cisma en la coalición que gobierna Cataluña podría agrandarse cuando Junts pel Sí (JxS) debata si lleva a pleno la moción municipal que aprobará Sant Cugat y que rechazará la expulsión de su hospital. Si llega a votarse en la cámara autonómica, el bloque soberanista podría hacerlo dividido, con CDC rechazando la hoja de ruta y ERC y CUP apoyando el plan.