La palabra tradicional no siempre tiene un significado del todo positivo. “A veces hace daño al oído”, dice Juan Muga. “Por eso hemos intentado no desprendernos de ella, sino aunarla con otra palabra: modernidad”. Una mezcla lingüística que se percibe en el sabor de sus vinos.
Juan y su hermano Manu acaban de presentar en el restaurante Torre de Alta Mar de Barcelona las nuevas añadas de sus caldos Selección Especial y Prado Enea, de 2011 y 2009, respectivamente. El primero está elaborado, además de con el método tradicional de la familia, con los avances tecnológicos y un empeño en la innovación constante a través de un trabajo enológico de investigación a pie de campo.
Tiene un perfecto maridaje con guisos y recetas de todo tipo de carnes y setas; con embutidos, quesos y conservas, e incluso con platos como pescados asados o en su salsa. No deja indiferente, según los bodegueros, la singular aportación de la garnacha que “gracias a su calidad y no a su cantidad eleva la excelencia de este vino”.
Apuesta ganadora
Prado Enea, por su parte, es una rareza en el mundo del vino actual, “es riesgo, es apuesta y, esta vez, ganamos”, en palabras de Manu Muga. La última edición de Prado Enea fue en 2006, debido a que su elaboración compleja se traduce en éxitos irregulares cada dos o tres años.
Se trata de un vino calificado como excelente y la clave fueron los 20 días extra de maduración de las uvas de la zona respecto a las del resto de la denominación. Los viñedos donde se cultiva se localizan en la zona más alta del valle donde las Bodegas Muga tienen su sede, en Haro (La Rioja), con un clima fresco y un componente arcilloso que caracteriza este Prado Enea, en el que destacan los aromas frutales.