Se llama Cristina Martínez de Azcoytia. Hace dos años, descubrió que su coche, un Volkswagen Scirocco 2.0 TDI, era uno de los miles de vehículos afectados por el llamado diéselgate, la alteración de una línea de los motores de la compañía automovilística alemana que provocó la emisión masiva de gases contaminantes (oxido de nitrógeno –NOx-). La protagonista de esta historia llevó el ejemplar a la ITV en agosto de este año. Y la pasó sin que en ella se detectase la anormal expulsión de NOx confesada por el fabricante.
La propietaria del Scirocco decidió comparecer como acusación en la causa que se sigue en audiencia, pocos días después de confirmar que era una de las afectadas por el escándalo de los motores manipulados. El juzgado central de instrucción número 2 de la Audiencia Nacional investiga a la empresa fabricante por un presunto delito medioambiental.
Examen al ministerio
Cristina Martínez, no satisfecha con los ritmos de la justicia ni con las explicaciones que, al respecto, le han venido ofreciendo el Ministerio de Industria y la empresa, decidió tensar la cuerda y poner a ambos a prueba. Y el resultado del examen es altamente revelador.
El 18 de agosto pasado y acompañada de un notario que levantó acta, Cristina Martínez de Azcoytia se personó en la estación de ITV de la compañía de Vilanova i la Geltrú (Barcelona) para pasar la correspondiente revisión anual. El motor de su coche continuaba afectado por la disfunción en relación a la emisión de gases contaminantes. Bajo la atenta mirada del notario, el vehículo pasó la inspección y obtuvo el apto para circular.
¿Apto?
“¿Cómo podía ser que la ITV no detectase la anomalía manifiesta y reconocida por la empresa en el motor de mi coche?”, se preguntó Cristina.
Esta mujer, siempre en presencia del notario que dio fe, requirió la presencia del responsable de la instalación, a quien anunció que le formularía una queja oficial por escrito.
Y así fue. El pasado 1 de septiembre, Cristina Martínez envió al director de la estación de Vilanova, Manel Oller, un burofax en el que le preguntaba por qué la inspección no había detectado las flagrantes y reconocidas anomalías del motor de su coche.
Reveladora respuesta
La respuesta del directivo, también por escrito, fue la siguiente: “En las estaciones de ITV de España se aplica la normativa vigente sobre Inspección Técnica de Vehículos recogida en el Manual de procedimientos de Inspección de las Estaciones ITV, editado por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo en colaboración con las comunidades autónomas. Esta normativa establece las directrices sobre control técnico periódico de los vehículos en circulación emitidas por las autoridades europeas a través de las Directivas 2010/48/UE y la aún no traspuesta 2014/45/UE, y que resumidamente, en lo que a control de emisiones se refiere, establecen la opacidad de los humos en los vehículos diésel y el monóxido de carbono y el factor lambda (si el vehículo es catalizado). La inspección del vehículo 22XXHLF fue realizada aplicando rigurosamente la mencionada normativa, resultando la inspección favorable”.
La réplica de este director de estación de ITV revela que en España no se está aplicando la última y vigente directiva europea sobre emisiones de gases en los vehículos a motor. Así, los mismos vehículos manipulados y cuya comercialización ha dado lugar a las diligencias judiciales por delito medioambiental pasarían hoy en España el control de las estaciones ITV y recibirían el apto para circular.