El juez central de instrucción número 1 de la Audiencia Nacional, que investiga el llamado Caso Ausbanc, Santiago Pedraz, ya no le va a pasar ni una al presidente del sindicato Manos Limpias y preso preventivo, Miguel Bernad.
El enfado del juez se ha producido a causa de un comportamiento “desconsiderado y desagradecido del investigado”, según fuentes judiciales consultadas por este medio.
Hace diez días, Bernad obtuvo un permiso --calificado de extraordinario por las fuentes jurídicas consultadas--, para visitar a su madre, que está enferma, en Valladolid. Pedraz le autorizó tres días de “salida penitenciaria”.
La decisión judicial, manifiestamente generosa si se compara con el habitual proceder judicial en estos casos, provocó, incluso, que los abogados de Bernad trasladaran su agradecimiento a Pedraz.
Libertad, sí, pero vigilada
El caso es que cuando todo estaba previsto para consumar el permiso, la Dirección General de Instituciones Penitenciaras tomó cartas en el asunto y, sin cuestionar la decisión del juez, asumió la custodia y la vigilancia del reo durante dicho permiso. Así, por expresa y preceptiva decisión de los responsables penitenciarios, Bernad iba a poder ver a su madre enferma, sí, pero por la noche iría a dormir a una prisión cercana.
Bernad, acalorado y ofendido, respondió que si esas eran las condiciones renunciaba al permiso, cosa que sentó al juez de la misma forma e intensidad que le hubiera sentado una patada en el estómago.
O mucho cambian las cosas o el grifo de la generosidad de su señoría se ha cerrado casi de forma definitiva para el otrora todopoderoso y siempre altivo Miguel Bernad, según las fuentes de la audiencia consultadas.