Fumar deja su "huella" en el genoma humano en la forma de la metilación del ADN, un proceso por el cual las células controlan la actividad de los genes, según revela una nueva investigación publicada en Circulation: Cardiovascular Genetics, una revista de la Asociación Americana del Corazón. Los hallazgos sugieren que la metilación del ADN podría ser una señal importante que revela la historia de tabaquismo de una persona y proporcionar a los investigadores posibles objetivos para nuevas terapias.
"Estos resultados son importantes porque la metilación, como uno de los mecanismos de regulación de la expresión génica, afecta a qué genes se activan, lo cual tiene implicaciones para el desarrollo de enfermedades relacionadas con el tabaquismo", explica Stephanie J. London, autora y directora adjunta de la División de Epidemiología en el Instituto Nacional de Ciencias de Salud Ambiental, que forma parte de los Institutos Nacionales de Salud, en Research Triangle Park, Carolina del Norte, Estados Unidos. "Igualmente importante es nuestra conclusión de que, incluso después de que alguien deje de fumar, todavía vemos los efectos del tabaco en su ADN", resalta.
El tabaquismo sigue siendo la principal causa evitable de muerte en el mundo, a pesar de que ha dismunido el consumo de tabaco en muchos países como resultado de las campañas para dejar de fumar y la acción legislativa. Incluso, décadas después de dejarlo, los exfumadores tienen un riesgo a largo plazo de desarrollar enfermedades, incluyendo algunos tipos de cáncer, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y accidente cerebrovascular.