Alquilar una habitación por 450 euros al mes es habitual en el centro de Barcelona. En comparación con otras ciudades europeas es un precio más bien bajo. Por esa razón,el coste de vivir en barrios como el Eixample Esquerre, Ciutat Vella o el Raval no asusta a los estudiantes erasmus. Estas son las tres zonas preferidas por los más de 4.000 jóvenes que hacen una estancia en la capital catalana cada año en el marco del programa europeo de ayudas.
Si la media del precio por una habitación en Barcelona es de 392 euros al mes, en estos barrios del centro las tarifas están entre los 426 y 468 euros, según datos de la plataforma de alojamiento para estudiantes Uniplaces. La buena comunicación en transporte público de estas zonas con las universidades de la capital es una de las características que más atrae a los alumnos internacionales, tal y como explica el jefe de mercadotecnia en España de la compañía, Samuel Toribio.
Más erasmus cada año
Barcelona es una de las ciudades más populares entre los estudiantes comunitarios. Muchos eligen el clima, el estilo de vida, la playa y los precios asequibles, en comparación con otras capitales de la Unión Europea, como destino para su Erasmus. Y cada año más. Datos ofrecidos por la Generalitat indican que la presencia de universitarios extranjeros ha aumentado en los últimos cinco cursos un 37% en Cataluña.
Y las previsiones presentan un futuro en la misma línea. “Se prevé que las cifras casi se dupliquen para 2020, cuando se espera la llegada de unos 35.000 estudiantes, incluidos los de máster y doctorado”, explica Toribio. Son precisamente estos los más numerosos, en la actualidad, cerca de 15.000.
Alternativa al alquiler turístico
Los barrios favoritos de los erasmus lo son también de otros extranjeros que acuden a Barcelona, los turistas. Muchos propietarios han hecho negocio en el centro –y otras zonas– con el alquiler de pisos turísticos. La abundante presencia de estudiantes internacionales en la ciudad puede significar una oportunidad para los dueños.
El alquiler a erasmus se posiciona como alternativa a los pisos turísticos, aunque los precios son más bajos. “Como viven más tiempo en el piso, lo cuidan más, y normalmente pagan los padres, hecho que supone una garantía”, introduce Toribio como mayores ventajas. Y añade: “No solemos recibir quejas por parte de los propietarios, aunque sí que es verdad que organizan alguna que otra fiesta”.