Había acabado su jornada laboral, así que paró el tren Alvia que conducía en Osorono (Palencia) a las 21.15 horas, se bajó y se fue. El maquinista dejó allí a las 110 personas que habían subido al convoy que hacía el trayecto entre Santander y Madrid hacia las 19 horas y que debía llegar a su destino sobre las 23 horas.

Los pasajeros permanecieron en el tren parado hasta las 23 horas de la noche, cuando Renfe les proporcionó dos autobuses que los trasladaron a Palencia, Valladolid y Madrid. Tras el incidente, Renfe trasladó sus disculpas a los viajeros.