"Se te leen los labios" es la frase más inteligente de todo el fin de semana en la televisión. La pronuncia un amiga de las Kardashian en relación al ceñido short de una invitada en su reality show y se ilustra con un plano médico de la entrepierna cubierta de la interfecta. El chaparrón de la Diada no puede competir con ese instante inenarrable de porno-entretenimiento. Basta decir que el esotérico Iker Jiménez, de Cuarto Milenio, le ganó la partida del share a El Objetivo de la audaz Ana Pastor, cuyo plato fuerte era una entrevista con la alcaldesa Ada Colau en uno de los salones más pomposos de la Casa Consistorial. Jiménez remontó hasta el 8,55% de audiencia y 1.299.000 espectadores. La musa de La Sexta se situó por debajo, con el 7,7% y 1.212.000. Quien partió la pana, por lo demás, fue TVE con la película Misión Imposible: Protocolo Fantasma: 15,4% y 2.367.000 espectadores. Contra lo que pudiera parecer por el título, el filme no va sobre el proceso ni la hoja de ruta.
Nuestra Ada insistió ante Pastor en que no quiere ser presidenta de la Generalitat, pero si se leen sus labios dice otra cosa y fantasea con la idea de cambiar de palacio. La alcaldesa ya no está en la revolución, sino en la "revolta dels somriures", codo a codo con el establishment nacionalista, compartiendo multitud con niños, abuelos, gentes de buena fe y carteristas del tres por ciento. Ha pasado del vulgo al burgo. "El sistema autonómico está acabado", fue una de las perlas de la regidora ante una entrevistadora sedada, descafeinada, boquiabierta y blanda, seguramente impactada por las imágenes de TV3.
Apoteósico seguimiento de la cadena autonómica de la Diada, que no sería tal sin el entusiasta concurso y despliegue de medios de la seva, helicóptero incluido. Entrevistas con niños y una abuelita que pide perdón por su defectuoso catalán, ronda de políticos, calor, sudor y esperanza. Som collonuts! Som una nació! Desde las cuatro de la tarde del domingo hasta el Telenotícies Nit. Y de fondo la letanía cívica, pacífica y festiva. Ni un cristal roto, dice Jordi Cuixart, el presidente de Òmnium. No sólo se leen los labios. También entre líneas y ahí, en el texto profundo del pacifista, se aprecia la advertencia de que todo esto podría acabar en una kristallnacht.
En el set de analistas, Ariadna Oltra y Toni Cruanyes contaron con la presencia del irredento Joan López, que lejos de arredrarse ante su clamorosa soledad repartió argumentos, cifras y estopa a contertulios y troyanos. A López le apodan "El catalán tranquilo", pero es un punk disfrazado de profesor de escuela de negocios. Al igual que con Nacho Martín Blanco y Alejandro Tercero, TV3 no ha logrado encontrar ningún "unionista Torrente" para convertirlo en el culo de todas las patadas y en la representación de la España de la mosca negra. Haberlos, haylos. Nobody is perfect.
Más televisión en vena. Sábado por la noche, La Sexta, El Debate. Droga dura y pinzas en los ojos para mantenerlos abiertos, como en el programa de reeducación del prota (Malcolm McDowell) de La naranja mecánica. Eduardo Inda se calza los guantes e imparte una lección de muay thai con el asistente de matute de Pablo Echenique, estupefacto ante la andanada. ¿Quieren más? El socio de Ignacio Escolar, editor de El diario así como de la revista Mongolia "es un terrorista", le suelta a la cara, más avinagrada que nunca. ¿Como te quedas, Nacho? Se quedó en blanco. En el diario que dirige Inda aclaran y amplían la información. Salen Asens, Colau y Emiliano Revilla. El aludido, Gonzalo Boyé, fue condenado por su secuestro.
Tras la zurra del fin de semana en televisión, el aparato huele a quemado y echa un humillo negro. Más vale no acercarse en un par de días. El técnico dice que no le eche agua que es peor. No se puede vivir sin televisión. Partidazo el sábado entre el United y el City. Cantadas, goles, postes, rampas y cuentas pendientes. Ganó Guardiola a domicilio por 1-2. El equipo de Mourinho jugó de pena y la prensa inglesa saluda al City de Manchester como el Barça inglés.