Se cumplen nueve meses de la muerte de Rosi, pero Javier, su marido, todavía no sabe exactamente de qué murió, ni por qué nadie la atendió. “Cayó en la recepción principal de un hospital, no en cualquier esquina”, explica a Crónica Global. Los hechos ocurrieron el 14 de enero, cuando su mujer salió de trabajar del turno de noche y se dirigió al hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo para visitar a su madre, que estaba allí ingresada.
Entró por la puerta principal a las 6:25 de la mañana y, una vez dentro del centro sanitario, se desplomó. Estuvo 45 minutos en el suelo y nadie la atendió. Un hombre que había ido a visitar a un familiar salió a fumar y la vio, pero no avisó a nadie al pensar que estaba bebida.
El consejero, en el entierro
“Me dijeron que le había dado un infarto, pero todavía no me han dado la autopsia y ya han pasado nueve meses de su muerte”, lamenta Javier. Con el zarpazo de la mala noticia no se hizo ninguna pregunta, pero empezó a sospechar que algo pasaba cuando al entierro de su mujer apareció el consejero de Sanidad, Jesús Vázquez Almuíña. “Me dijo que él lo iba a esclarecer todo, que iba a investigar hasta darme una respuesta”, señala.
Nueve meses después, todavía no sabe nada. El juzgado de guardia abrió una investigación en la que él figura como acusación particular, pero no ha avanzado nada. “Cada vez que quedo con mi abogada me dice que no hay ninguna novedad”, se indigna.
Imágenes borradas
Lo primero que hizo Javier fue pedir las imágenes de la cámara de seguridad del hospital que grabó el desplome y posterior muerte de Rosi. “Me dijeron que las habían borrado. La principal prueba y la han borrado”. Cosas del destino, él mismo trabaja en una empresa de instalación de cámaras de seguridad y conoce bien la legislación: “Si hay una causa abierta, tienes que guardar las imágenes”.
Javier ha convocado una rueda de prensa el próximo miércoles día 14, fecha en la que se cumplen nueve meses de la muerte de su mujer, en el Centro de Negocios de Vigo a media mañana. Desde allí denunciará la pasividad de la Xunta, la lentitud de la justicia, la impunidad de un hospital que dice haber borrado la prueba principal y hará una reclamación al Defensor del Pueblo.
“Necesito saber qué me están escondiendo. Para cerrar la herida tengo que saber la verdad”, sentencia.