El Ayuntamiento de Pallejà (Barcelona) ha comenzado a reparar las irregularidades detectadas en las instalaciones eléctricas de baja tensión de titularidad municipal que, tal como publicó Crónica Global, habían provocado una profunda inquietud entre los vecinos de esta ciudad del Baix Llobregat. Pero, para sorpresa de éstos, el Consistorio ha decidido dar prioridad a las deficiencias de los edificios municipales, mientras que ha pospuesto el alumbrado público “debido a la envergadura del gasto a realizar”.
Según un informe elaborado por la ingeniera técnica del Ayuntamiento, se abrieron 37 expedientes por defectos a resolver, de los cuales 17 corresponden a deficiencias documentales, como la falta de legalización y de proyecto, y el resto, a deficiencias en las instalaciones eléctricas (protecciones inadecuadas, fallos en las líneas de emergencia, cables inadecuados...). Resolver estas anomalías costaría 369.000 euros, a los que hay que añadir los 350.000 euros que cuesta a arreglar el alumbrado público, es decir, las farolas de esta ciudad del Baix Llobregat.
Pregunta de Ciudadanos
Ante la falta de información sobre los trabajos realizados para solventar esta situación, el concejal de Ciudadanos en el Ayuntamiento, José Antonio Pernas, formuló una pregunta a la alcaldesa Ascensión Ratia (Entesa per Pallejà) al respecto.
En su respuesta, el gobierno municipal explica que “respecto a las instalaciones de baja tensión de los edificios municipales, las deficiencias encontradas en las inspecciones se han corregido en gran parte y en un breve espacio de tiempo se volverán a inspeccionar para cerrar los preceptivos expedientes”.
La sorpresa, a juicio del concejal, viene después. “Respecto a las instalaciones de baja tensión del alumbrado público, debido a la envergadura del gasto a realizar, las reparaciones no se podrán realizar de forma inminente, y para poder llevarlas a cabo se ha previsto un Plan de actuación para corregir todos los expedientes con deficiencias”, indica el Consistorio.
“Parece que ellos mismos sí tienen miedo a electrocutarse, pero no a que se electrocuten los transeúntes”, manifiesta con sorna el concejal a este diario. Crónica Global ha intentado recabar la versión del Consistorio, sin éxito.