No es la trama de una película, es el relato de Higini Cierco, el máximo accionista de la Banca Privada de Andorra (BPA), sobre las amenazas y la extorsión que segura que recibió el banco por parte de la Policía para entregar documentos que incriminaran a las familias Pujol, Mas y Junqueras.
La declaración de Cierco ante la jueza instructora del ‘caso BPA’, a la que ha tenido acceso El Español, se limitó a contar la historia de cómo se desarrollaron los hechos, que terminaron con una investigación del Tesoro de EEUU entorno al supuesto blanqueo de capitales de BPA.
Conversaciones telefónicas
Según la versión del banquero, el marido de una secretaria del banco, Rosa Castellón, recibió una llamada que decía “dile a tu mujer que baje al bar, espere a que venga un señor con un teléfono y conteste la llamada”. Como si de una novela policíaca se tratara, Castellón accedió y habló por teléfono con Bonifacio Díaz, antiguo agregado de Interior en la embajada de España en Andorra.
El mensaje que recibió por parte del mando policial fue que el consejero delegado del banco, Joan Pau Miquel, tenía que aceptar lo que le dijeran en otra llamada. “Si no, el banco morirá”. Esta es la primera amenaza que relató Higini Cierco a la magistrada durante su declaración del jueves 18 de agosto.
Los policías implicados
La historia del accionista mayoritario de BPA implicó a cuatro policías en la trama de extorsión. Maracelino Martín Blas, el comisario jefe del departamento de Asuntos Internos de la Policía Nacional; Eugenio Pino, director adjunto operativo; Celestino Barroso, agregado de Interior en la embajada de España en Andorra; y Bonifacio Díaz, su antecesor.
Éstos son los mandos policiales que Cierco señaló como responsables de las amenazas y presiones para que BPA entregara información bancaria de políticos catalanes. “Si no nos das los documentos, en 15 días interviene el FinCen [organismo del Departamento del Tesoro de EEUU]”. Éste era el castigo que esperaba a la entidad andorrana, tal y como recoge El Español de la declaración de Higini Cierco. Ambas circunstancias se cumplieron: BPA cedió datos de las cuentas de los Pujol y el FinCen abrió una investigación que culminó en la intervención del Gobierno de Andorra.
“No lo denuncié por miedo”
Cierco se justificó ante la jueza instructora del ‘caso BPA’: “¿Por qué no denuncié? Por miedo: tengo dos hijas, cuatro nietos, un hermano, una hermana mayor, muchos negocios en España y Andorra y miedo. A mí la amenaza que me llega, la extorsión que me comunica Celestino Barroso, proviene del Gobierno español”.
Tras las declaraciones de los acusados, la jueza decidió exculpar a nueve de ellos, entre los que se encuentran Higini y Ramon Cierco, los máximos accionistas de BPA y dio por finalizada la fase de instrucción. Será otro juzgado quien decida si cita a declarar de nuevo a los Cierco o si incluye en la causa a los mandos policiales presentes en el relato.