Joseph Blatter jamás imaginó que, tras 17 años en la poltrona de la FIFA, el ente rector del fútbol, pediría clemencia al árbitro más severo, el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). Señalado por presunta corrupción, el exdirigente se muestra “seguro” de que el juez le dará la razón en última instancia.
Blatter, de 80 años, está inhabilitado por seis años desde diciembre a raíz de la aparición de un pago de dos millones que él realizó al entonces presidente de la UEFA, Michel Platini, también apartado de sus funciones. Ambos siempre han defendido que era una deuda particular. Y con este argumento se presenta Blattar ante el TAS, “seguro de que al final lo entenderá” y “aceptará la apelación”.
Bajo sospecha
Culpable o no, la corrupción en la FIFA ha sido habitual bajo el mandato de Sepp Blatter. La burbuja estalló en mayo de 2015, cuando varias docenas de funcionarios de fútbol, entre ellos exmiembros del comité ejecutivo de la FIFA, y entidades fueron acusados en Estados Unidos por cargos relacionados con la corrupción.
La operación en nada afectó a Blatter, que repitió triunfo en los comicios pocos días después. Pero renunció al cargo tras unas horas convulsas en medio de la crisis y, especialmente, por la aparición del pago a Platini. Suiza, paralelamente, abrió una investigación criminal para esclarecer si hubo corrupción en la concesión de los Mundiales de 2018 a Rusia y de 2022 a Catar.
“Mi nombre no sería Joseph Blatter si no tuviese fe y si no fuera optimista. Voy a aceptar el veredicto del TAS, ya que en el fútbol se aprende a ganar pero también se aprende a perder, pero esto no es bueno y no me gustaría hacerlo”, añade Sepp.