Los nadadores olímpicos estadounidenses Gunnar Bentz y Jack Conger abandonaron Brasil este jueves tras ser abucheados por una multitud, después de que la Policía local los acusara de haberse inventado un robo a mano armada que supuestamente habían sufrido la madrugada del domingo en Río de Janeiro durante los Juegos.



Su salida marca lo que el equipo olímpico de su país espera sea la etapa final de un incidente que avergonzó a la ciudad anfitriona, enfureció a la Policía y al Gobierno brasileño y dominó la cobertura mediática en los primeros Juegos Olímpicos de Iberoamérica. 

El Comité Olímpico de Estados Unidos (USOC, por sus siglas en inglés) ofreció una disculpa tras la salida del país de Bentz y Conger, dos de los cuatro nadadores involucrados en el suceso.

Disculpas al pueblo de Brasil 

"Nos disculpamos con nuestros anfitriones en Río y con el pueblo de Brasil por esta mala experiencia distractiva en medio de la que debería ser una celebración de la excelencia", dijo el jefe del USOC, Scott Blackmun, en un comunicado. 

Blackmun confirmó las acusaciones de la Policía de que uno de los nadadores dañó el baño de una gasolinera después de que el grupo se detuviera allí cuando volvía en taxi a la Villa Olímpica desde una fiesta en la ciudad. 



Tras días respaldando la historia de los deportistas, el USOC terminó por aceptar la evidencia de la Policía brasileña, que dio a conocer un vídeo de seguridad donde aparecían los nadadores en una discusión con los empleados en la estación de servicio Shell.