Jueves, 11 de agosto de 2016. Por la noche, la mayor lluvia de Perseidas en muchos años. Por la mañana, sobre las 08:00 horas, otra lluvia, de cocaína, blanquea la acera y varios coches aparcados en la calle Enamorats de Barcelona: un paquete de este polvo ha estallado en la vía pública. Unos narcotraficantes se han deshecho de él ante la inminente e inesperada entrada de los Mossos d’Esquadra en el domicilio.
Los traficantes detenidos eran socios y distribuían droga las 24 horas del día, en dos turnos, ayudados por cuatro auxiliares con el objetivo de cubrir toda la demanda. Uno de ellos regentaba un bar, que también funcionaba como punto de venta. Discotecas y prostíbulos del centro de la capital catalana y del Puerto Olímpico eran los focos principales de negocio. También traficaban, en menor medida, con marihuana y hachís.
Prisión para los jefes
Los Mossos comenzaron las pesquisas en mayo y pronto encontraron evidencias del negocio. La trama la componían tres hombres de nacionalidad española, un chileno y dos ciudadanas rumanas, con domicilio en Barcelona y Martorelles (Barcelona). Los dos jefes están en prisión acusados de delito contra la salud pública y de pertenecer a un grupo criminal.
En el domicilio, los agentes incautaron cuatro chalecos reflectantes policiales, munición de calibre 9 milímetros y una defensa eléctrica, 80 gramos de marihuana, 648 gramos de cocaína, 500 gramos de hachís y 2 kilos de sustancia para el corte de la droga, 35.360 euros en metálico y varios teléfonos móviles.