Todos los días del año hay en España algo que festejar, además de estar vivos. Y sobre todo en verano, especialmente en la semana que entra, considerada la más fiestera por excelencia. Las tan controvertidas diputaciones tienen catalogadas 5.000 de interés turístico provincial, a las que se añaden otras 15.000 celebraciones tradicionales, que se multiplican y solapan estos días hasta en los pueblos más diminutos.
La fiebre por la parranda y el jolgorio -normalmente bendecida por la Iglesia católica- ha otorgado a España un liderazgo mundial indiscutible. Contamos, además, con otras 250 fiestas de interés nacional o internacional.
Es el caso, por citar algunas, de Semanas Santas y Semanas Grandes, Moros y Cristianos, los Sanfermines de Pamplona, El Encuentro del Caracol de Lleida, La Mercé de Barcelona, el Festival Medieval de Hita (Guadalajara), o más exóticas, como el Cipotegato de Tarazona (Zaragoza) y la Tomatina de Buñol (Valencia).
A tomatazo limpio
El éxito de esta última, cuyo acto central es una batalla a tomatazo limpio, ha traspasado fronteras y obligado a tomar medidas al ayuntamiento (gobernado por EU-PSOE-IAB). El consistorio ha decidido este año reducir el aforo a la mitad y poner solo a la venta 17.000 entradas a 10 euros. Prácticamente se han agotado, a pesar de que la celebración, el último miércoles de agosto, será el día 31. Quedan otras 3.500 entradas para la gente del pueblo, que acabarán en la reventa.
Este proceso de comercialización ha ampliado la oferta festiva con actividades infantiles y espectáculos musicales. Pero se mantiene inmutable el protagonismo del tomate y el exceso, con el derroche de 140 toneladas del rey de la ensalada. El éxito ha sido tal que la fiesta ha sido exportada a países tan dispares y lejanos como Australia, Corea, Japón, India, Estados Unidos, Canadá y Costa Rica.
Tirar cosas o animales
Lo de tirar cosas en España dicen que es un ejercicio tan festivo y catártico que se ha ampliado a tirar vino y calimocho (caso de San Fermín) o, más en plan bestia humana, tirar bous (toros) al Mar (Denia) y cabras por el campanario o patos por el cuello a la ría.
Es cierto que, tras las implacables protestas de los animalistas, los ejemplares caprinos y ánades de carne y hueso han sido sustituidos por imitaciones de cartón o goma.
Cuentan que en el valenciano pueblecito de Puig cada último domingo de enero los mozos se tiran ratas, de las de verdad, con el reclamo de ser “probablemente la fiesta más asquerosa de España”.
Días mundiales desmadrados
Por si fuera poco, el calendario de días mundiales recoge 150 con temáticas importantes que se superponen al tradicional y extenso santoral y copan la agenda anual de eventos de alta relevancia. Algunos tienen un espíritu precioso, como los dedicados a enfermedades o a causas tan nobles como el día de la amistad o la libertad de prensa.
Sobra explicar que el origen de estos días viene refrendado por una organización seria como la ONU para rememorar un acontecimiento o problema social.
Pero esto se nos ha ido de las manos con días como el de la Galleta (4 de diciembre), el de las Mujeres Sin Ropa Interior (22 de junio) o el de hablar como un Pirata (19 de septiembre). Incluso hay foros en Yahoo para intentar acordar el Día Internacional del Orgasmo Femenino y el Día Mundial del Moco. Para el primero parece que va ganando adeptos el 08/08, es decir, el lunes pasado. Menos mal que el año solo tiene 365 días.
Sopas y sofritos
Pero sí, hasta la sopa tiene sus festejos. Famosa es la Fiesta de los Siete Ramales de El Burgo ( Málaga), declarada de interés turístico. Un fiestorro a base de sopa campestre, un exquisito sofrito a fuego lento con espárragos y tomates de la zona.
No menos popular es la Fiesta de la Sopa Mondeña, en Monda, en plena Costa del Sol, también de Málaga, que tiene su origen en los platos de quienes trabajaban en el campo o en las minas de Córdoba. Esta sopa es de gran aporte energético, se cocina en un perol y entre sus ingredientes figuran tomates de rama, espárragos silvestres, patatas fritas y huevos escalfados.
De boda y de divorcio
A este celebrar por celebrar, se están sumando las fiestas foráneas como Halloween, Viernes Negro y pronto el día de la Marmota. Siempre a imagen y semejanza de los americanos. Celebramos puestas de largo, graduaciones con o sin grado, fiestas de fin de curso, de primavera, de sorpresa cuando se cumplen decenios, de boda, de despedidas de soltero y hasta de divorcio o de casada/casado.
Una pasada. "A este paso vamos a celebrar una fiesta hasta para ir a mear. Pero si se pasa bien, que es de lo que se trata...", ironiza el sociólogo aragonés Salvador Lara.