Quince personas que trabajan o han trabajado en el centro de emergencias policiales conocido como Sala Conjunta de Mando (SCC por sus siglas en catalán) de Barcelona tienen cáncer. En diez años –el edificio se inauguró en 2006 y pretendía ser un lugar provisional--, se han detectado cuatro casos en la Guardia Urbana de Barcelona, otros cuatro en Mossos d’Esquadra y siete en Bomberos.
Los tres cuerpos comparten dependencias junto con el Sistema de Emergencias Médicas (SEM) en la calle Lleida de la capital catalana y trabajan en una planta baja y un subterráneo en condiciones que consideran perjudiciales para su salud. Creen que los equipos de radiotransmisión son los causantes de la enfermedad y han solicitado –y conseguido-- una inspección de Trabajo para medir las medidas de los campos electromagnéticos.
Mossos y urbanas
“No hay ventilación, hay una mala calidad del aire y los trabajadores estamos expuestos a emisiones de radiofrecuencia permanentemente”, explica a Crónica Global Pere Martínez, uno de los bomberos que forma parte de la plantilla de la SCC y el portavoz de la Plataforma sindical CGE (Centro de Gestión de Emergencias).