Un ataque a un hospital civil de Quetta, en la provincia de Baluchistán (Pakistán), ha dejado este lunes más de 70 muertos y un centenar de heridos. La mayoría de víctimas son abogados y periodistas que se habían congregado en el centro sanitario por el asesinato de Bilal Anwar Kasi, el presidente de la asociación de letrados de la región. Su cuerpo había sido trasladado al hospital después de ser tiroteado por un grupo de hombres en la calle.
Jamaat-ul-Ahrar, una facción de los talibanes en el país, ha reivindicado ambos ataques. EEUU incluyó la semana pasada la organización, también vinculada a Al-Qaeda, en su lista de grupos terroristas. Una bomba ha sido detonada en una de las salas de emergencia del hospital público. Acto seguido se han producido varios tiroteos que han causado el caos en el establecimiento.
Conflicto con India
Poco antes de que Jamaat-ul-Ahrar reivindicara el ataque, el ministro principal de Baluchistán, Sanaulá Zehri, había atribuido el atentado a la agencia de inteligencia india (RAW). Tras el comunicado de la organización talibana, el gobierno ha insistido en que India está relacionada con el ataque y que intenta desestabilizar su país, con el que arrastra un conflicto histórico que los ha llevado a cuatro guerras desde 1947.
El ministro de Salud de la provincia ha alertado de la posibilidad que el número de víctimas mortales se incremente en las próximas horas, ya que los heridos son muchos y su estado puede empeorar. No es la primera vez que los abogados son blanco de atentados. En las últimas semanas han sido asesinados otros dos. El ejército ha decretado el estado de emergencia en todos los hospitales de la ciudad.