“Los grandes corredores internacionales de impunidad” son grandes rutas por las que historiadamente circula el crimen organizado con total exención. Personas, armas, droga, trata de blancas, moneda falsa fluyen por esas vías que atraviesan países que mantienen una tibia o nula vigilancia sobre las actividades criminales, a menudo porque sus dirigentes son, de una u otra forma, partícipes de las mismas. Esos pasillos atraviesan continentes como África, el cono sur americano y la parte de Asia comprendida entre Paquistán y el mar Caspio.
Mafia e islamismo
Las policías europeas han confirmado que el Daesh circula también por ahí. El grupo yihadista dispone de protección, de impunidad y del apoyo de capos criminales totalmente ajenos a sus objetivos terroristas que, sin embargo, encuentran en esta nueva guerra de civilizaciones un extraordinario y lucrativo negocio.
Ese maridaje criminal está aportando ya numerosos ejemplos. En los últimos ataques terroristas en Francia, Daesh compró las armas a la mafia albanesa que les abasteció de subfusiles y munición como lo habría hecho si el comprador hubiera sido un cartel suramericano de la droga.
Fusión de unidades policiales
Ante esta situación, y ante ese nuevo panorama criminógeno, empiezan a sucederse las voces de expertos policiales que sugieren o incluso reclaman una fusión entre las unidades policiales que en España y en otros países europeos se dedican, por un lado, a la lucha contra el crimen organizado y, por otro, a la lucha contra el terrorismo.
Tal y como adelantó Crónica Global, en España las brigadas de investigación antiterroristas participan en investigaciones de narcotráfico o de blanqueo de capitales ante la más mínima sospecha de que alguno de los delincuentes sospechosos pudiera tener vinculaciones, directas o indirectas, como el radicalismo islamista.
Financiación con el petróleo
Por lo que respecta a la droga, continua siendo una fuente de abastecimiento de dinero para el yihadismo radical, pero las fuentes consultadas coinciden en que se trata de un abastecimiento residual por cuanto el Daesh encuentra la principal línea de financiación de sus acciones y de su mantenimiento en el tráfico ilegal de petróleo.