Los numerosos cambios físicos, hormonales y emocionales que sufren los adolescentes hacen que, en muchas ocasiones, se comporten a la defensiva con sus padres, tengan cambios bruscos de humor y desobedezcan a menudo las órdenes y reglas que se les imponen.
Un comportamiento que suele crear preocupación entre los progenitores, quienes en muchas ocasiones no saben cómo lidiar a estos jóvenes que están en proceso de convertirse en adultos. De hecho, hay casos en los que los padres reconocer no saber cómo tratarles, se agotan cuando interactúan, sienten que ya no tienen autoridad o no confían en ellos.
¿Típico de la edad?
Ahora bien, aunque estas actitudes son típicas de la edad, a veces pueden delatar problemas más profundos que deben ser abordados de forma rápida y eficaz por los padres.
"Aunque estas actitudes son en la mayoría de las ocasiones un proceso normal, es importante estar atento a ciertas señalas que pueden indicar que no se trata sólo de un problema de la adolescencia", ha recalcado el director de la primera unidad privada de Comportamiento y Personalidad del Hospital Ruber-Juan Bravo de Madrid, José Luis Carrasco.
Una de las épocas del año en la que es más fácil detectar estos comportamientos es el verano, puesto que se pasa un mayor tiempo con ellos. Para ello, es importante que los padres superen la barrera de pensar que "todo es fruto de la adolescencia" o de que "ya se les pasará", especialmente cuando el adolescente empieza a no respetar las normas, acumular castigos, estar triste, suspender, a tener problemas para relacionarse.