La crisis económica que ha atravesado España durante los últimos años ha hecho cambiar la mentalidad de los empleados. Si en 2007 la mayor preocupación de los trabajadores era el salario que cobraban (el 46%), en 2016 esta inquietud solo la comparte el 33% de los empleados.
Según el último barómetro Edenred-Ipsos 2016, que mide el bienestar en el lugar del trabajo en 15 países, España se sitúa en una posición media respecto a sus socios comunitarios, con un nivel de satisfacción laboral del 68 sobre 100.
Mantener el empleo
Uno de los apartados más destacados del informe es la forma en que las prioridades de los trabajadores han variado, sobre todo si se tiene en cuenta el momento más álgido de la crisis. Si en 2008 conservar el empleo solo interesaba al 37% de los empleados, en 2013 pasó a ser motivo de preocupación del 60% de los trabajadores. La mayor de todas.
Ahora, en 2016, cuando lo peor de la crisis ha quedado atrás, mantener el trabajo sigue siendo lo que causa mayor ansiedad, pero con un porcentaje un poco menor que en 2013 (el 40%). En la misma línea, la importancia del salario fue el aspecto que experimentó una mayor caída en 2013 (solo el 30% lo consideraban lo más preocupante, frente al 54% que mostraban mayor interés por conservar el empleo).
“Con la crisis, la principal preocupación es conversar el trabajo, después el salario y, en tercer lugar, el tiempo que pasas en el empleo”, explica el director del estudio, Manuel Asla, a Crónica Global.
Más confianza en la empresa
Uno de los indicadores para el optimismo es que en el último año ha subido la confianza de los asalariados tanto en su empresa como en su país. Por lo que respecta al primer caso, ha subido del 65% al 70% de 2015 a 2016. Y, en su país, ha subido del 29% al 49% en los últimos doce meses.
El estudio, que se ha publicado anualmente desde 2007 y para el que se ha entrevistado a más de 800 trabajadores, muestra también cómo, tras el momento más duro de la crisis económica, vuelven a repuntar las tendencias anteriores, en la que el salario o el tiempo trabajado adquirían una mayor importancia.
“El hecho de que cada vez más la gente se preocupe por la conciliación o el salario indica que hay una mejora o un cambio de tendencia en la seguridad laboral”, añade Asla. El tiempo que se pasa trabajando pasó de ser la principal preocupación para el 12% de los trabajadores tanto en 2012 como en 2013, a serlo para poco más de una cuarta parte de empleados en 2016.
Los directivos
El informe también señala cómo el grupo de directivos de las empresas tienen unas tendencias sustancialmente diferentes a la del resto de los trabajadores. Mientras que el tiempo que se pasa en el trabajo es la menor preocupación entre los no directivos --pese a haber crecido en el último año--, para este rango significa la mayor preocupación (48%, frente al 23% que les preocupa más su sueldo; o el 28% que les inquieta mantener el empleo).
“Ellos reclaman todo lo que está relacionado con tener más tiempo libre, para conciliar trabajo y familia”, apostilla el director del estudio.
Esto se debe, en parte, a que los despidos que se produjeron durante la crisis supusieron para los directivos asumir gran parte del trabajo en las empresas, con mucha dedicación incluida.