La mayoría de quienes viajan intercambiando sus viviendas suelen repetir. La experiencia, afirman, es positiva y muy distinta a la de alojarse en un hotel. Además de suponer un ahorro importante, también representa un modo de viajar más relajado, como si estuvieras en tu propia casa.
En España, esta modalidad ha logrado un éxito notable. Según datos de GuesttoGuest, España es el segundo país a nivel mundial --solo por detrás de Francia-- que más opta por esta opción a la hora de planificar sus vacaciones. En la misma línea, el portal líder en esta modalidad de vacaciones, Intercambiocasas.com, nacido en California en 1992, asegura que nuestro país es “el segundo de Europa y el tercero a nivel mundial” que presenta más viviendas intercambiables en su web.
El portal cuenta en la actualidad con 65.000 casas que se ofrecen para hacer un intercambio en más de 150 países. De ellas, 4.300 están en España, y se encuentran “repartidas por todas las comunidades”, asegura la representante local de la compañía, Violeta Díaz.
Un ahorro estimado del 58%
El éxito de este portal no se entiende sin internet. Según afirma Díaz, la compañía despegó en 1996 gracias al papel que jugó la red, que facilitó el contacto entre personas desconocidas de distintos países. El cambio de paradigma en las formas de comunicarse que ha significado internet queda patente en esta plataforma: los usuarios narran sus experiencias, comparten fotos y valoran las viviendas en que se han alojado.
El ahorro estimado que supone es del 58%, ya que te permite no pagar desde el alojamiento a las comidas fuera de casa. La inscripción en el portal es de 130 euros anuales, una cifra considerablemente baja ya que no va en función del número de intercamios. “En ese año se pueden hacer varios intercambios y los socios no pagan absolutamente nada en concepto de alojamiento”, añade Díaz.
Valores inmateriales
No obstante, la mayoría de viajeros dicen que su elección no está motivada por el ahorro. Más allá del precio, lo que valoran es la experiencia de poder vivir como la gente local: disponen de una casa con personalidad, situada en un barrio que les permite vivir como los habitantes de esa ciudad, “meterse en la piel” de otra familia durante unos días.
Disponen de una cocina equipada y pueden comprar productos locales para probar otras comidas. A menudo también se crean vínculos con los partners de intercambio, sus amigos o vecinos.
Este es el caso de Josep Maria y Núria, una pareja de Argentona que ha viajado a través de este método a países tan dispares como Sudáfrica, Canadá y EEUU. La familia neoyorquina que se alojó en su casa del Maresme durante un intercambio simultáneo tuvo un grato recibimiento de los vecinos, que le organizaron una cena con sangría y otros productos típicos de España.
Este verano, Josep Maria y Núria han planificado un intercambio en el sur de Francia --cerca de Montpellier-- y aprovechan para reunir a sus tres hijas, a sus yernos y a sus dos sobrinos de apenas dos años y dos meses, respectivamente, tras varios años sin viajar juntos. “Te permite un tipo de vacación más relajada, ideal para viajar en familia y niños pequeños y sin las incomodidades que pueden surgir en un hotel”, aseguran.
Narrar la experiencia
Esta pareja de 60 años concreta viajes a través del portal Intercambiocasas.com y tiene un perfil en el que explican sus experiencias. “La mayoría de las veces hacemos intercambios simultáneos. Pero no siempre. A veces hemos dejado nuestra segunda residencia en la Costa Brava mientras nosotros estábamos en nuestra vivienda habitual”, añade Núria.
Los portales que se dedican a ello disponen de blogs para que los usuarios relaten sus aventuras. Es curioso ver los distintos motivos por las que se elige emprender un viaje. Una de las últimas promociones que aparece en el blog de intercambio de casas es que la “inmersión lingüística funciona”. Y es que razones para viajar hay muchas, y esta nueva fórmula ofrece algunas inéditas que cada vez son más valoradas en esta búsqueda constante de nuevas experiencias.