No fue un atraco, pero el doble crimen y posterior suicidio del asesino sucedidos el martes en el distrito de Sarrià-Sant Gervasi tenían un móvil económico. Es la hipótesis que cobra más fuerza en las investigaciones de los Mossos d’Esquadra.
El asesino y suicida, empleado del hogar en la zona alta de Barcelona, se personó en la casa en la que trabajaba el primer fallecido. Discutieron fuertemente y lo mató. Eran amigos. El agresor había avalado un préstamo de la víctima y la entidad financiera comenzó a requerirle el cobro ante los impagos del titular.
Acto seguido, el asesino se personó en la oficina de la entidad financiera de la calle Ganduxer. Preguntó por la directora, pero no se encontraba, así que lo recibió la subdirectora. Sin mediar palabra, el agresor le asestó media docena de puñaladas. Este crimen, según las investigaciones, se debió únicamente al cargo de responsabilidad de la mujer en CatalunyaCaixa.
El asesino culminó su macabra obra tirándose de un puente y siendo atropellado por un autobús con niños en General Mitre.