Los representantes legales de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA), la entidad que engloba a los medios de comunicación públicos en Cataluña, mantiene sin cambios su petición de siete años de cárcel para un técnico de TV3 acusado de acceder ilícitamente al correo electrónico de varios directivos. Está acusado de dos delitos de revelación de correos por ello.
“No se trata de una petición caprichosa”, manifestó el letrado en la vista que se ha celebrado este jueves en los juzgados de Barcelona. El fiscal coincide en la petición.
Filtración de datos
Reconoce, no obstante, que no existen pruebas inequívocas de que Gustavo C entrara de forma ilegal a lo largo de 2012 en el mail del que era presidente del consejo de CCMA, Brauli Duart, del entonces director de la cadena pública catalana, Eugeni Sallent, y de su jefe directo. Los tres ejecutivos han reconocido ante el juez que habían notado como alguien se coló en sus cuentas de correo profesionales.
Además, el técnico presuntamente reenvió desde la cuenta de Duart un mail a 80 trabajadores de TV3 con datos laborales y salariales de directivos de la cadena, de la radio pública, Catalunya Ràdio, y de la propia CCMA. El grupo vivía un conflicto laboral por los recortes que se querían aplicar en el ente público en ese momento y el comité de empresa reclamaba sin éxito que se les remitiese la información salarial de los cuadros del grupo.
Investigación
El abogado de la acusación y el fiscal recordaron los indicios que señalan como culpable a Gustavo. Coinciden los horarios de conexión a las cuentas de forma ilegal y su laboral, además de encontrar programas instalados en los ordenadores con los que trabajaba que servían para no dejar rastro de la actividad irregular.
Los Mossos d’Esquadra encargados de la investigación y los peritos de la acusación han mantenido ante el juez de que no hay equívocos de que el técnico de postproducción accedió a los correos.
Alegato de la defensa
La defensa ha alegado lo contrario. Ha presentado sus propios peritos que mantienen que no se puede demostrar que fuera culpable y el propio Gustavo C, que se ha negado a responder a las preguntas del fiscal y de la acusación particular, lo relató así ante la sala.
“Era el perfecto culpable, era el que sabía de informática”, sentenció el letrado en su exposición final.