Los cambios de hábitos sociales en las comunicaciones y las relaciones personales no son únicamente una tendencia. Cada vez, al contrario, muestran nuevas realidades sociológicas. Por ejemplo: siete de cada diez españoles no ha enviado o recibido ninguna carta postal de particulares a lo largo del segundo semestre de 2015. El 67% de los hogares no utiliza este servicio. El 28,5% reconoce que ha recibido como mínimo una carta particular y sólo el 30% ha enviado al menos una. Son datos de la última encuesta del Panel de Hogares que realiza la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) referente al uso de los servicios postales públicos.
Los datos del estudio reflejan una caída de cuatro puntos porcentuales respecto a la encuesta realizada en el primer semestre de 2015. La CNMC, que tiene entre sus funciones controlar el servicio postal, constata el declive imparable de la correspondencia privada en España, que acumula una caída de envíos postales de más del 40% desde el año 2008.
Una estructura intacta
A pesar de esta situación, Correos mantiene casi intacta su estructura, con 51.000 trabajadores, de los que unos 30.000 son carteros. La caída de la actividad preocupa desde hace años al ente público, que busca alternativas para mantener ocupados a sus carteros.
Las iniciativas han sido de lo más variadas. Hay propuestas para que los carteros controlen a los mayores que viven solos con visitas periódicas; que los carteros controlen focos contaminantes; que sean vigilantes urbanos; que inspeccionen servicios públicos. Todo entra en las previsiones de Correos, que conoce a la perfección el final del cartero como repartidor de correspondencia.
Paquetería al alza
Para hacer frente al declive imparable de la correspondencia, Correos intenta posicionarse en el reparto de paquetería gracias al sector de e-commerce cada día más activo. Ahí quiere desarrollar toda su estrategia de futuro y colocar a sus carteros. Ahí ha chocado con la autoridades comunitarias, que están investigando a fondo qué está haciendo Correos en paquetería.
Bruselas sospecha que el ente público está desviando a este negocio de paquetería, en el que compite con otros operadores privados, la subvención estatal que recibe para sufragar el Servicio Postal Universal. La Comisión de la UE ha exigido información al Gobierno sobre esta situación, incluida la contabilidad analítica de Correos de los últimos años.