Tras cinco días de paros y retrasos en el Metro de Barcelona por la convocatoria de una huelga que ha enervado a la ciudadanía y ha rebasado las horas de afectación estrictas, la dirección y el comité de empresa del servicio público se sentarán este jueves de nuevo en una mesa de negociación sin visos de acercar posiciones. Igual que ha ocurrido en los últimos seis meses y sin que nadie tenga nada nuevo que aportar al debate.
No hay propuestas. Las anteriores han sido rechazadas por la plantilla y el enroque ha llegado al punto de que ni siquiera los representantes de los trabajadores pueden pronosticar si habrá nuevos paros en verano.
Problemas de los sindicalistas
La plantilla marcó un hito al revocar las condiciones marco para proseguir con el diálogo sin nuevas protestas como mínimo hasta finales de año, propuestas por la dirección de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) y debatidas con el comité. Tras el rechazo, los sindicalistas precisaron que el documento no representaba ningún principio de acuerdo, sino un compromiso de consultar una iniciativa de la cúpula, para que no se les cuestionara como interlocutores válidos.
Algunos de sus miembros reconocen abiertamente que no se puede garantizar que, si se llegara a un hipotético pacto, se pudiera ratificar sin problemas en asamblea. Los trabajadores están en pie de guerra para obtener un nuevo convenio de empresa que desde la dirección catalogan de maximalista.
Rumores de boicot
La dirección del Metro, encabezada por Marc Grau, tampoco da su brazo a torcer. Paga los errores estratégicos del inicio del conflicto laboral y el entorno del ejecutivo da por sentado que cualquier propuesta que se plantee al comité será rechazada de forma automática.
¿Es todo ello una estrategia para desgastar al Gobierno de Ada Colau? Fuentes municipales mantienen que existe un boicot por parte de los encargados de gestionar de forma directa las negociaciones con la plantilla --que se ratificaron tras la victoria de BComú-- para evitar salir del actual callejón sin salida en el que se ha convertido la negociación.
Batalla por los servicios mínimos
Se suma a ello las críticas abiertas a los servicios mínimos decretados por la Generalitat. El entorno de BComú los consideran una estratagema de la Consejería de Trabajo, encabezada por Dolors Bassa (ERC), para desgastar al Gobierno municipal.
Mercedes Vidal, concejal de movilidad y presidenta de TMB, sin ir tan lejos, tildó de “irresponsable” lo que había hecho “la consejería de ERC” antes de los paros del fin de semana. Tuvo que salir al paso Neus Munté (CDC), consejera de Presidencia y portavoz del Ejecutivo, al negar las acusaciones tras la reunión del Consejo Ejecutivo de este martes.
Recordó que se pactan en momentos de paz social y solo se modifican en situaciones extraordinarias, como ocurrió con el Mobile World Congress del pasado febrero.
Calendario de negociación
TMB y el comité de empresa del Metro se vieron las caras por última vez el miércoles pasado en una sesión de mediación convocada con motivo de la última huelga. Hace 15 días que no mantienen los encuentros habituales de cada martes y jueves para renovar el convenio.
Los retomarán esta semana y los mantendrán hasta el inicio de las vacaciones. Con todo, se espera un verano caliente en el suburbano de la ciudad, existan o no nuevas convocatorias de huelga. “Todos tenemos responsabilidad, a ver si el verano calma los ánimos”, afirmó uno de los implicados en la negociación.
Agosto es la única vía actual para intentar llegar al ansiado pacto.