La historia más rebuscada. Los Mossos d’Esquadra y la Policía holandesa han detenido a los cabecillas de un grupo criminal acusados de tráfico de personas y sustracción de menores. Los sospechosos utilizaban niños con edades comprendidas entre 1 y 15 años para robar en el metro de Barcelona. El operativo terminó el 15 de junio.
Las sospechas comenzaron en Ámsterdam en verano, cuando las autoridades detectaron que menores robaban dirigidos por adultos. Estos hechos llevaron a la creación de un equipo conjunto con la Fiscalía para iniciar una investigación internacional que ha terminado con la detención en Barcelona de un hombre y una mujer de 46 y 49 años y de nacionalidad bosniana. Hay otros tres focos activos en Holanda.
Siete ‘hijos’
La mujer detenida pidió asilo para vivir en Países Bajos en 2014 acompañada por siete menores a los que identificaba como hijos. Las autoridades holandesas asumieron la tutela legal. La misma mujer pidió con anterioridad residencia en Alemania, Austria y Suiza con identidades diferentes, hasta que llegó a Barcelona en octubre de 2015 con cinco menores sustraídos de Holanda. Los Mossos la identificaron rápidamente por diversos hurtos en el suburbano.
La actuación de los Mossos resultó imprescindible para que la Policía holandesa detuviera a la mujer como presunta autora de un delito de tráfico de personas, sustracción de menores, blanqueo de capitales y pertenencia a grupo criminal, así como recuperar a los menores sustraídos de la tutela de la administración holandesa. Los Mossos localizaron los domicilios actuales de los investigados, en los barrios de Trinitat Vella y Nou Barris.
Cinco menores
Los cuerpos policiales localizaron en los registros a una de las menores investigadas por la Policía holandesa, que estaba embarazara y tenía un hijo de un año. También hallaron indicios de envíos internacionales de dinero procedentes de los robos en el metro. En el otro domicilio encontraron a la mujer y a su pareja, considerado cabecilla de la organización criminal, a los que detuvieron. En esta vivienda también había tres niños sustraídos de la tutela holandesa y una joven ya detenida y encarcelada.
En el marco del dispositivo, los cuerpos policiales requisaron diversos teléfonos móviles de última generación, tarjetas de telefonía de varias compañías, cámaras de fotos, discos duros, documentación personal y 1.000 euros en efectivo y moneda extranjera, así como nuevos indicios para las investigaciones.