Tan solo 24 horas después de que Crónica Global difundiese detalles del recurso que el subinspector Josep Ranea ha presentado a la Audiencia Provincial para que sea admitida una denuncia por prevaricación contra la División de Asuntos Internos de los Mossos d'Esquadra (DAI), su exresponsable, el inspector Jordi Moya, expresamente citado en la información periodística, ha trasladado una misiva al sindicato de mandos policiales de los Mossos, SICME, en la que se queja por lo que considera un atentado contra su "dignidad, y contra la dignidad de los mandos del cuerpo".
Moya y el juez
Moya, molesto por la noticia, sin embargo, no anuncia la interposición de medida judicial o deontológica alguna contra este medio, que se ha limitado a reproducir una denuncia judicial y a poner en valor datos contrastados de forma rigurosa.
Según la denuncia, Moya y los agentes a su mando no incluyeron en un atestado policial diversas conversaciones telefónicas intervenidas al subinspector Ranea, investigado por el juez Joaquín Aguirre como una presunta pieza indispensable de una trama de corrupción policial.
Curiosas imputaciones
Aguirre imputa a Ranea por recibir dádivas de presuntos delincuentes como, por ejemplo, una caja de donuts y una play station. Ranea, que llegó a entrar en prisión por orden de este magistrado, reclama que se escuchen todas las intervenciones telefónicas realizadas por orden y aprobación del propio Aguirre, el inspector Moya y se incluyan en el análisis jurídico y procesal de su causa.
Según el recurso elaborado por el profesor de derecho penal y abogado del subinspector Ranea, José María Fuster Fabra, "en esas conversaciones omitidas al juzgado queda constancia de que mi defendido contactó efectivamente con presuntos delincuentes, y lo hizo con conocimiento y aprobación de su superioridad, con el objeto de ayudar en diversas investigaciones criminales abiertas y sin mediar pago alguno de por medio".
Moya busca el amparo de Trapero
En su carta de queja, Moya, sustituido en la dirección de la DAI a causa de su cuestionada participación en esas diligencias, no anuncia interposición de acción legal alguna contra este medio. Se limita a evidenciar una queja de la que quiere hacer partícipe al comisario jefe de los Mossos, José Luis Trapero ("este artículo también puede vulnerar la dignidad del comisario", indica), sin que a este medio le conste, en modo alguno, que Trapero se haya sentido dolido u ofendido por la noticia.
En el texto que parece haber sublevado al inspector, se recoge la forma en que insistió de manera contumaz para que uno de los detenidos en esa causa, Manuel Gutiérrez Carbajo, aportase, en su declaración policial y judicial, algún dato incriminatorio sobre la conducta supuestamente impropia del comisario jefe de los Mossos con quien Gutiérrez se había entrevistado en varias ocasiones.
Moya presionó
Moya dice en su carta que eso es falso, pero fuentes directamente relacionadas con la defensa jurídica de Carbajo han señalado que, harto de la insistencia del inspector Moya, este detenido le respondió airado en la sala de interrogatorio de la comisaria de los Mossos. "Por mucho que insista no tengo nada que decir del señor Trapero. Mire, por no dejar, no me dejaba ni tan siquiera pagar la cuenta cuando íbamos a comer", le dijo.