Barcelona vendió el terreno para un nuevo crematorio a las puertas de la ciudad a precio de ganga. El Consell Comarcal subastó la parcela sin contabilizar todos los usos que podía albergar, lo que abarató su precio hasta los 2,5 millones de euros más IVA. La maniobra recortó la cifra de salida, dando más opciones a Tanatori del Litoral SL, la firma participada por la aseguradora Santa Lucía, que se lo adjudicó.
Fuentes cercanas al Consell Comarcal han indicado a Crónica Global las deficiencias en el expediente. "El informe de valoración de la parcela --situada junto al río Besós y Barcelona-- sólo especifica su uso como tanatorio. La referencia del crematorio no aparece. Ello hubiera encarecido la transacción", concluyen.
Finalmente, la mercantil 'cazó' la pastilla de terreno por un importe de 6,171 millones de euros.
Maniobra de distracción
El bajo precio de salida, creen las mismas fuentes, pone los mimbres para futuras acciones legales.
En todo caso, la vía judicial contra el proyecto del crematorio del Besós se activará cuando acabe el consenso en una mesa de diálogo que ha abierto el Ayuntamiento de Sant Adrià para pacificar a los 8.000 residentes que han firmado contra el equipamiento.
"La mesa de negociación es una estrategia de dilación. Cuando se vea qué partidos apoyan el crematorio, y esto es el equipo de gobierno, habrá que explorar otras opciones".
Batalla legal
La opciones contra el futuro horno funerario, con capacidad para quemar 750 cuerpos al año, son dos. "Un recurso de reposición contra el ayuntamiento si autoriza las licencias medioambiental y de actividad en trámite. Y dos, un recurso contencioso administrativo contra la decisión", enumera una fuente vecinal.
El despliegue de la artillería jurídica será el último capítulo en una larga lista de acciones para parar la construcción de un crematorio junto a Barcelona. Los promotores --que han declinado ahora manifestar su postura a este medio-- Tanatori del Litoral SL, participada por Áltima, Pompas Fúnebres del Besós (PFB) y Santa Lucía, defienden la instalación, alegando que no añadirá carga contaminante a la atmósfera.
Los contrarios a la obra recuerdan el entorno altamente nocivo del municipio, además de la existencia de campos de fútbol y una escuela a pocos metros del futuro crematorio.