La Consejería de Salud de la Generalitat, que comanda Toni Comín, extiende su polémico plan sanitario a Girona. El departamento ha fulminado el contrato del servicio de alergias del territorio, por un valor de 480.000 euros, un año después de otorgarlo. Un portavoz de salud ha confirmado que la unidad ha sido internalizada desde el 1 de junio.

El vocero ha concretado que el Instituto de Asistencia Sanitaria (IAS), el paraguas que agrupa los servicios sanitarios de la Diputación, ha asumido la actividad con profesionales propios. Ello significa la no renovación del contrato firmado con la empresa Unidad Diagnòstic Al·lèrgia Medicamentosa (UDAM) en enero de 2015.

Según la delegación de Salud en Girona, la nueva unidad está formada por un médico y una enfermera, que realizarán 1.500 primeras visitas anuales más las sucesivas. Además, los dos profesionales realizarán 1.200 estudios anuales de pacientes con alergias a medicamentos, alimentos y microorganismos.

Polémica

La decisión de la consejería pone fin a una de las externalizaciones más polémicas de la provincia. "En su momento los sindicatos nos opusimos, ya que considerábamos que se cedía parte de un servicio público a una empresa privada", esgrime CCOO.

La agrupación se refiere al Hospital Josep Trueta, que se quedó con un solo especialista tras el concurso público, ya que se consideró que parte del servicio ya se ofrecía con el contrato otorgado por el IAS.

Embrión de consorcio

El movimiento en el Trueta, uno de los ocho hospitales de la red pública del ICS, se produjo en virtud del proyecto CIMS. La iniciativa pretendía unificar la prestación sanitaria en la región. La externalización del servicio de alergias fue uno de los servicios que se compartió entre los dos hospitales con el nuevo convenio.

Como avanzó Crónica Global en marzo, el embrión del futuro consorcio sanitario de Girona fue aparcado por el consejero Comín, que se plegó así a la petición de la izquierda parlamentaria.

'Desprivatizaciones'

Cabe recordar que las desprivatizaciones impulsadas por Toni Comín han causado una zozobra en la sanidad catalana.

El consejero ha anunciado la expulsión de la Clínica del Vallés de Sabadell (en agosto) y Hospital General de Cataluña de Sant Cugat (en diciembre). El movimiento ha topado con dificultades financieras, laborales y médicas.