El día que Floyd Patterson perdió el título de los pesos pesados frente a Sonny Liston en Chicago (septiembre de 1962), salió del vestuario, tomó un coche, condujo 30 horas hasta Nueva York y agarró el primer vuelo que salía del aeropuerto. "Con la facha con que subí a ese avión nunca me hubieran reconocido -dijo-. Tenía puesta una barba, un bigote, gafas y sombrero; y también cojeaba para parecer más viejo. Estaba solo, me daba igual en qué avión me embarcaba; simplemente miré arriba y vi ese letrero en la terminal que decía 'Madrid', así que compré el billete y subí a ese vuelo". Patterson vagó varios días por Madrid hasta que recuperó las fuerzas para aceptar la derrota. Gay Talese obtuvo ese testimonio cuando Patterson aún no se había retirado del boxeo y lo plasmó en el volumen Retratos y encuentros, publicado en España por la editorial Alfaguara en 2003.
Patterson peleó dos veces con Muhammad Alí. La primera en 1965. Perdió por K.O. técnico en 12 asaltos. Lo volvió a intentar en 1972, cayó por K.O. al quinto y se retiró. Murió hace diez años, a la edad de 71, aquejado de Alzheimer y con un cáncer de próstata.
Esta madrugada ha fallecido Muhammad Alí, Cassius Clay, quien dejó para la posteridad esta sentencia: "Imposible no es un hecho; es una opinión. Imposible no es una declaración; es un desafío. Imposible es potencial. Imposible es temporal. Nada es imposible". ¿Les suena? El político Albert Rivera la utiliza con frecuencia.
Impossible is nothing. Aramís Fuster se anuncia como dominatrix en una conocida web de contactos. La vidente está canina y posa calata, con los "encantos" a la vista, embutida en una malla negra. Cobra 300 euros por hora. Hay gente para todo, pero por mucho menos dinero, quien quiera martirizarse con Aramís no tiene más que dar un golpe de clic en youtube para solazarse con los mejores momentos en televisión de la bruja averiada. Eso sí que es vicio. Crónica Global avanzó en rigurosa exclusiva la oferta de la famosa, que volverá seguro a la televisión para explicar sus experiencias. El recientemente desaparecido cronista de sociedad Julián Peiró dejó para la posteridad el libro La sra. Rius de moral distraída (Editorial Comanegra, 2008), apariencias, vivencias y desatinos de una gran celestina de la Ciudad Condal. Según tal señora, lo más apreciado de su burdel era el fricandó que se servía tras el coito, o lo que fuera, a los clientes especiales. Ternera guisada con setas. ¿Sería una metáfora o una sinalefa?
Eso sí, para noches de satén, cuero y fuetades, nadie como lady Charlotte Wellesley, que se acaba de casar con el muchimillonario colombo-estadounidense Alejandro Santo Domingo. Es la portada del Hola. Se les ve macanudos en el papel couché. En cambio, en el papel touché, lady Wellesley es una castigadora capaz de enervar los sentidos de los más cachazudos masocas. Fernando Ruso firma una impactante fotografía en El Español acompañada por un texto de Daniel Postico fechado en Londres. El acojonante enlace tuvo lugar recién el 28 de mayo en Íllora, municipio nazarí donde los Wellesley poseen un fincazo "de 955 hectáreas, que se conoce como la Torre del Inglés, un obsequio de los borbones al primer Duque de Wellington por ayudar a los españoles contra Napoleón en la Guerra de la independencia", según se lee en el diario de Pedro J. Y es que la simpática Charlotte, de 24 primaveras, "es la cuarta hija de los cinco que tienen Charles Wellesley, noveno Duque de Wellington, y de la Princesa Antonia de Prusia. Su padre heredará el ducado de Wellington cuando fallezca el actual duque y ostenta, además, el título de duque de Ciudad Rodrigo y la dignidad de Grande de España". Santo Domingo, te casaste, la cagaste.
Más bodas. Otra vez El Español muestra un documento inédito, un delirio valenciano, un vídeo snuff, el enlace del Bigotes del 'caso Gürtel', Álvaro Pérez, con Paco Camps de grossen invitado. Esteban Urreiztieta traza la crónica del discurso sentimental de Pérez en el atracón posterior a la ceremonia.
No se engañen. Hay más separaciones que bodas. Collboni y Santi Vila ya se han divorciado, como Meritxell Batet y el diputado popular José María Lasalle.