El profesorado, los sindicatos y la Generalitat, contentos. Los padres, no tanto, aunque la Consejería de Enseñanza asegura que la jornada intensiva implantada en los institutos catalanes cuenta con su aval. Pero lo cierto es que ese horario compactado ha venido para quedarse. Según los datos a los que ha accedido Crónica Global, cerca de 500 centros públicos de secundaria han aplicado la jornada contínua, mientras que solo cuatro centros concertados la han incorporado.
La extensión de ese horario --de 9 a 14 horas-- es una vieja reivindicación del sindicato catalanista USTEC, negociada con la exconsejera de Enseñanza Irene Rigau. Para este departamento, acceder a las pretensiones sindicales suponía matar tres pájaros de un tiro. Por un lado, se frenaba la conflictividad laboral en un sector, el del profesorado, afectado por los recortes salariales. Por otro lado, la medida suponía un ahorro en becas comedor. Asimismo, la jornada continua evita la conflictividad que en algunos centros se produce en la hora del patio.
Reducción del absentismo
En respuesta a una pregunta parlamentaria formulada por la portavoz de enseñanza del PSC, Esther Niubó, la actual consejera de Enseñanza, Meritxell Ruiz, asegura que en los centros donde se ha implantado esta jornada intensiva “el absentismo del alumnado ha disminuido a nivel general” y ha mejorado la convivencia en el centro, con una disminución de los conflictos”. Afirma que “la comunidad escolar, es decir, familias, alumnado y personal docente valoran muy positivamente la implementación de la jornada continua”.
Para el curso 2016-2017 no se ha autorizado ningún centro nuevo de secundaria para que haga la jornada intensiva, pero ya se ha iniciado el proceso para que los institutos que ya lo tienen puedan pedir la prórroga.
Reforma horaria
Asimismo, la Generalitat quiere extender ese horario en centros de educación infantil y primaria para el período 2016-2019. Precisa la consejera que aquellos alumnos con problemas económicos pueden acudir al comedor del centro escolar más próximo y beneficiarse de las ayudas que concede el Ejecutivo autonómico. Para Niubó, resulta especialmente significativo que solo cuatro centros concertados hayan aplicado esa jornada y sospecha que, con esa generalización en la escuela pública, el Ejecutivo autonómico pretende favorecer las matriculaciones en los centros privados.
Se da la circunstancia de que ese horario compactado choca con las recomendaciones de la Comisión de Estudio de la Reforma Horaria sobre la conciliación de la vida familiar y laboral, impulsada por la Generalitat y que apuesta por un horario de 9 a 15 horas.