Las redes sociales han provocado un giro inesperado en la temporada de moda primaveral. La chaqueta amarilla de Zara se ha convertido en la prenda fetiche de estos meses sin planificación previa y ha provocado la paradoja de que el gran copiador del sector (el gigante de Amancio Ortega se inspira en las grandes marcas) fuera copiado.
Una de las razones que ha despertado el interés por adquirir la prenda es que su precio se haya duplicado en las plataformas de venta entre privados cuando aún está en stock del fabricante.
Es posible comprar la chaqueta de polipiel, tanto en el amarillo que lleva de cabeza a las instagramers de medio mundo como en su versión celeste, menos mainstream. Su precio al público es de 39,95 euros, el mismo que tenía antes de su boom, y está disponible en todas las tallas menos la XL. Eso sí, solo en el portal on line de Zara. Cazarla en tienda es prácticamente imposible.
Revalorización en la red
Pero eso no ha frenado que los más avispados hayan puesto a la venta en plataformas como Ebay o Wallapop el mismo producto por un precio mucho más alto. Se pueden adquirir nuevas o de segunda mano hasta por 85 euros, y algunas incautas han caído en la trampa.
Esto marca un precedente para cuando Zara deje de fabricar la chaqueta amarilla. En ese momento, se podría revalorizar mucho más, aunque la rapidez con que las tendencias de moda se consumen puede provocar que cuando eso ocurra la cazadora esté ya en el fondo más profundo de los armarios de medio mundo.
Rapidez de las tendencias
La firma española es consciente de ello y también juega sus cartas. Cuanto más la aguante en su portal, mayores rendimientos podrá conseguir con el diseño.
Existen otras experiencias previas en el sector. H&M es el que tiene más experiencia en esa especulación de la reventa. No ocurre con todos sus productos, solo en las colecciones exclusivas con diseñadores de primer nivel. Han colaborado con la firma desde Lanvin (2010) al mismísimo Karl Lagerfeld (2004).
Colaboraciones de H&M
La última colección de este perfil llevaba el sello de Alexander Wang en 2014. Después, ha pasado el testigo a otras firmas del conglomerado de moda que están por encima en nivel de calidad y diseño como imán para los nombres consagrados, ya que saca mayor rendimiento en imagen de marca. En esta estrategia se enmarca la colaboración de Rodarte con Other Stories de este ejercicio.
Cuando la venta se ha hecho a través de H&M, se llegaron a detectar incluso compradores que acaparaban prendas con el objetivo de quedarse con la plusvalía en la venta online. Eso ayuda a hacer más especial la colección, pero también ha provocado que la empresa haya puesto un límite a las unidades que puede llevarse un único cliente y que filtre las colas.
¿Pasará lo mismo con la chaqueta amarilla de Zara? ¿O simplemente pasará de moda?