Los disturbios por el desalojo de un banco okupado en el barrio de Gràcia de Barcelona --conocido como Banc Expropiat-- han afectado a restaurantes y comercios. Los desperfectos en los establecimientos, con cristales rotos y pintadas, y los daños en coches y mobiliario público no son las únicas consecuencias de los altercados, que se han repetido durante tres noches, desde el lunes al miércoles pasados.
Los comerciantes y los restauradores de la zona han notado esta semana un descenso de la clientela que reciben habitualmente. "Un jueves por la noche siempre está lleno; ayer, solo teníamos dos mesas", asegura Pere Valls, propietario del restaurante Bilbao, quien afirma no haber visto algo así en los 62 años que lleva al frente del restaurante.
Ubicado en el número 33 de la calle Perill, en pleno centro de Gràcia, se percataron de la situación el lunes por la noche, cuando "empezó a pasar gente corriendo y camiones de Mossos por delante del restaurante y tuvimos que bajar las persianas", indica Valls.
Destrozos en las franquicias
Las tiendas del barrio también han recibido estos días menos clientes. "Los vendedores se quejan de que la gente de la zona que siempre acuden a los establecimientos no ha ido a comprar desde el lunes", explica Ester Costa, presidenta del Eix Comercial de Gran de Gràcia.
Pero no son los pequeños comerciantes los que se encontraron con destrozos al acudir a trabajar por la mañana, sino las franquicias. Los ataques que han dejado cristales rotos, persianas abolladas y pintadas en las fachadas se han dirigido a las multinacionales, según Costa, quien manifiesta que "no es necesario llegar a estos niveles de violencia".
La patronal de comerciantes alaba a los Mossos
Y para frenar los disturbios, la Confederación de Comercio de Cataluña (CCC) defiende el trabajo de los Mossos d'Esquadra durante los altercados. Miquel Àngel Fraile, su secretario general, se sorprende de las críticas que ha recibido el cuerpo: "Parece que el mundo está al revés, los Mossos no llevaron a cabo ningún acto de violencia".
Los agentes de seguridad cargaron contra los manifestantes al percatarse de que lanzaban objetos contra ellos. "Entendemos que hacen bien su trabajo, que tienen que actuar y defenderse contra una manifestación violenta", afirma Fraile. De esta forma, la patronal de comerciantes quiere mostrar su apoyo a los agentes. Por su parte, el Gremio de Restauración de Barcelona ha rechazado pronunciarse sobre el tema.
Compensaciones y manifestaciones
La confederación pide al ayuntamiento que abra una línea de ayudas para los establecimientos comerciales que hayan sufrido ataques. Fraile defiende que "es un asunto de ciudad" y que, aunque los seguros puedan cubrir los desperfectos, el consistorio debería tener un "gesto con el barrio". Según el secretario general de la CCC, responsables de comercio del equipo de gobierno municipal le han asegurado que estudiarán la propuesta y tomarán una decisión en los próximos días.
Tanto comerciantes como restauradores prevén que la situación se alarge. Una cacerolada sustituyó el jueves las tres jornadas seguidas de altercados. El helicóptero que había controlado la zona las noches anteriores dejó de volar y permitió a los vecinos "dormir bien por primera vez", Ester Costa. Aun así, en el restaurante Bilbao temen que el sábado se celebre la manifestación más multitudinaria, que "nos estropeará el fin de semana".