Los ambientes nacionalistas tratan por todos los medios de politizar la final de la Copa del Rey, que se llevó a casa el Barça este domingo en el Vicente Calderón (Madrid). En la diana mediática está ahora Televisión Española por ser, presuntamente, la culpable de una realización en la que se ocultaron las estelades en el campo cuando la televisión pública no se ocupó de ella.

Fue un grupo privado, una productora italiana contratada por la Federación Española de Futbol, el que se encargó de dar la señal internacional del partido, que se pudo ver en Telecinco y TV3, cuyos comentaristas tuvieron que explicar el origen de las imágenes tras las primeras acusaciones que se hicieron.

Pepe Antich mete la pata

Eso no ha impedido que las redes sociales ardieran durante el encuentro entre el Barça y el Sevilla y que la polémica se mantuviera viva en las tertulias, más políticas que deportivas, de este lunes por la mañana.

Incluso ha habido encontronazos entre directivos de medios. El jefe de informativos de TVE en Cataluña, Carles González, reclamó en Twitter una rectificación al exdirector de La Vanguardia, Pepe Antich, tras meter la pata en la red social. “La realización del partido que ofrece TVE a las cadenas que emiten el partido es un escándalo. Por las imágenes parece que solo juega el Sevilla”, aseguró el ahora responsable de El Nacional. “Por qué no rectificas. TVE no tiene nada que ver en este partido”, le espetó González.

 

 

También hubo polémica por la presunta ocultación de los silbidos al himno. La realidad en el campo fue que los pitidos ni se acercaron al abucheo que recibió el Rey en las finales disputadas entre el Barça y el Athletic Club. El rival de este año era el Sevilla y el Orgullo Nervión de la afición superó a los culés en todo el partido.

Eso, y que el volumen de la megafonía de Vicente Caledrón ayudó.

Había estelades en el campo. Muchas, pero incluso en la grada culé se veían también banderas de España. Las más comunes fueron las azulgrana y la señera. Y sí, la realización mostraba más seguidores del Sevilla que del Barça. Lo mismo ocurrió en el campo. Los sevillistas eran mayoría y se hicieron oír. Su entrega al equipo propició que incluso Gerard Piqué les aplaudiera cuando tras el primer gol azulgrana el partido se les escapaba de las manos y todos en pié aplaudieron y dieron ánimos a los jugadores, igual que en el final del encuentro. Para quitarse el sombrero.