Las universidades ocultan o disfrazan el coste de los doctorados 'honoris causa'
Las máximas autoridades arropan suntuosas investiduras como a Mario Conde y Rato, que luego les urge retirar
1 mayo, 2016 00:00Las universidades españolas han mantenido en los últimos años el hábito de las dictaduras de conceder doctorados honoris causa a personas de fama efímera y sin prestigio, constata Julián Casanova, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza. Los suntuosos actos de entrega suelen contar la presencia de las máximas autoridades académicas, políticas y sociales.
Pero, a pesar de la transparencia exigida legalmente por el Ejecutivo de Rajoy, los centros ocultan los elevados costes, disfrazándolos en partidas como protocolo, seguridad y apertura de curso académico. Incluso cuando, años después, salen a la luz escándalos y urge retirar el título honorífico.
Apoyo hasta del Rey
En la investidura de Mario Conde, en junio de 1993, estuvo presente hasta el Rey Juan Carlos, junto a una nutrida representación del mundo académico y lo más granado del empresariado y la banca. Y de los medios de comunicación de entonces, con representantes de la talla de Jesús de Polanco, Antonio Asensio, Guillermo Luca de Tena, Luis María Anson y Pedro J. Ramírez.
De maestros de ceremonias ejercieron el exembajador de Israel, Shlomo Ben Ami, y el exrector de la Complutense, Gustavo Villapalos. El primero definió a Conde como "intelectual de la banca en busca de equilibrio" y el segundo justificó la investidura basándose en la "colaboración del mundo universitario" y en sus "labores de mecenazgo". Luego corrió el vino, el champán, el jamón...
Rodrigo Rato, "el milagro económico español", recibió el título en la Universidad Rey Juan Carlos, en 2009, arropado por toda la cúpula del PP: el presidente fundador, Manuel Fraga; el presidente del partido, Mariano Rajoy, y otros como Soraya Sáenz de Santamaría, Jaime Mayor Oreja, Javier Arenas y Esperanza Aguirre.
El flequillo de Aguirre
También la otrora 'lideresa' del PP concitó a los primeros espadas de Génova en abril del 2013 en la Universidad Alfonso X el Sabio. Un campus que, por cierto, se beneficia de las desgravaciones fiscales para las familias con hijos en centros privados y concertados, que implantó de presidenta dos años antes. Su acumulación de cargos no le evitó emocionarse y mostrar la ilusión por el título, no exenta del pijerío de su madrileño barrio de Salamanca. "¿Cómo me queda mejor el birrete? ¿Mejor con flequillo o sin él?", pidió como consejo. Al final mostraba el flequillo.
Las universidades extranjeras, al otro lado del charco, también han frivolizado con galardones similares a figuras como Julio Iglesias, Almodóvar, Aznar, Zapatero, Rajoy, Garzón, Gallardón o Bibiana Aído. "Hay que evitar la farsa. Cuando haya que conceder un honoris causa, no confundamos la universidad con un equipo de fútbol o con el Hola", recomienda Casanova.