Atípica semana en la prensa rosa. Triunfa la destructiva columna de Jaime Bayly en Perú21 sobre Mario Vargas Llosa, muy apropiada para la lírica de la Diada del Libro y la Rosa. ¿Perú qué? Una publicación limeña donde escribe Bayly, autor de No se lo digas a nadie y Fue ayer y no me acuerdo. Al habla con su madre, él en Miami, ella en Lima. Charlan sobre Viagras Llosa, el Nobel de Litera-dura y La fiesta del vivo, derrames de lava ardiente en Puerta del Hierro. Mario es un volcán en erección. Lectura muy recomendable. Y va de escritores; de perras a zorras, bolsazo. Elvis, el suegro de don Mario, está vivo en la isla de Marilyn y hace tríos con Prince y Amy Winehouse.



Corte abrupto. Neus Munté es la consellera zen. Queda retratada en la portada del suplemento Quién de La Vanguardia, que a veces debería llamarse ¿Quién? y que convierte a las políticas catalanas en vigilantes de la playa. Todavía se habla del disfraz de mujer pantera de Joana Ortega o de los taconarros de Nuria Parlón, la alcaldesa de Santa Coloma. Ese es el nivel, Munté. Que hace yoga y le gusta gastar bromas pesadas, jojojo. ¿Para cuando Anna Gabriel en Vogue? A los políticos les tira más salir en las tapas de las revistas que a las novias de los futbolistas. Así que se puede ver a Pablo Iglesias sin coleta en una insuperable entrevista vanguardina que les enlazo. Firma Joana Bonet, que le pregunta a bocajarro si se ha metido alguna raya y Pablinski replica que "eso nunca, pero porro sí". ¿Porro? ¿Cuántos? Tunante.



No se pierdan las fotos. El tipo es un vampiro, un gótico vergonzante, un lagarto lagarto de la generación de los juegos de rol, una víctima de El señor de los anillos de Tolkien, el libro que tanto mal ha hecho.



23 de abril. Entre los dos peores momentos del año en dura pugna con la Verbena de Sant Joan por el primer puesto. Media Cataluña se lanza a la calle a vender y comprar rosas a la otra media, que compra y vende libros. Aunque se vaya con un cargamento de flores y otro de libros, se es asaltado por gentes de toda clase y condición que se dedican a vejar a los viandantes que no atienden sus intempestivos métodos comerciales con malas miradas e incluso insultos. La mafia es más educada que muchos de estos insolentes vendedores por un día, un día de perros con un sol espléndido. Y encima sábado. La colisión de la Feria de Abril en Cataluña y el Open Conde de Godó de tenis con el día del sufrido Sant Jordi convierte las calles de Mantalona en lo más parecido a la síntesis de Calcuta y Caracas. Un infierno no apto para simples peatones.



La costumbre no puede ser más bárbara, sexista y analfabeta. Compre usted un libro al año y unas rosas para su morena, no sea tacaño. Se espera con ansiedad noticia de la parida de ficción y el desatino de no ficción que vendan más en tan señalada diada. Ahí está la cumbre del mal gusto. Se regala colección de libros más vendidos en Sant Jordi de los últimos veinticinco años. Están todos, del Yo puta de Isabel Pisano a El código Da Vinci de Dan Brown (en catalán y en castellano), pasando por las obras completas de Andreu Buenafuente, Evaristo Mejide y el Recetario barato para afartar pinches de Ferran Adrià, edición Capabro.





Calimero Puigdemont no se pierde ni un evento. El viernes mismo estuvo en el tenis del editor grande de España y luego en el encendido de la Feria de Abril, con Junqueras y Colau. De momento, Empar Moliner, la Garganté de las letras, no ha quemado nada.