Los abogados del Tribunal Supremo
Extrañas relaciones de amistad y parentesco entre abogados y jueces salpican algunos de los casos de corrupción política y económica del país
16 abril, 2016 00:00Mario Conde está en la cárcel. Incondicional y sin fianza. Su abogado, consellere en su trasiego de dinero de paraíso fiscal a paraíso fiscal, Javier de la Vega, también. La Guardia civil les pilló hace una semana con las manos en la masa, moviendo (recuperando) el dinero (o parte de él) que el exbanquero disimuló de las cuentas de Banesto.
El abogado de ambos podría ser, si fructifican los contactos ya existentes, José Ángel González Franco, letrado barcelonés experto en delitos económicos y tributarios. En la recámara, por si la cosa se encamina hacia el Tribunal Supremo, se encuentra el letrado Adolfo Prego, exmagistrado del alto tribunal durante más de 16 años.
Jueces y el PP
Prego es un abogado al que se relaciona de forma muy estrecha con el Partido Popular. Así, es uno de los defensores del PP en casos como la Gürtel o la Púnica. Prego es muy amigo de magistrados como Cándido Conde Pumpido, al que algunas fuentes policiales relacionan con determinado empresario catalán recientemente excarcelado.
El hijo de Conde Pumpido, abogado, aparece ahora en los llamados Papeles de Panamá. En 2008 requirió los servicios del despacho Mossack Fonseca para abrir una sociedad relacionada con un proyecto inmobiliario en Panamá.
Endogamia judicial
Cándido Conde Pumpido, hijo, está imputado por blanqueo de capitales de una mafia de prostitución, el caso Pokemon. Al parecer, intentó presionar a la juez instructora por escrito, a través de un mail en el que esgrimía sus contactos en el alto tribunal.
Otros de los jueces amigos de Prego son los magistrados Perfecto Andrés Ibáñez y Manuel Marchena. Precisamente el magistrado Marchena tiene una estrecha relación de amistad con Nicolás González-Cuellar, catedrático de Derecho Penal y abogado del recién dimitido ministro José Manuel Soria. Marchena apadrinó públicamente el ultimo libro escrito por González-Cuellar Ecos de la Inquisición, un tratado sobre Derecho Penal que, por cierto, postula diluir la capacidad de investigación de los jueces de instrucción.
'Doctrina Trillo'
Un fiscal de sala cuya identidad prefiere mantener en el anonimato ha explicado a Crónica Global que esta amalgama de abogados, jueces, magistrados y casos de delito de cuello blanco se regula en base a lo que se ha dado en llamar en los corrillos judiciales de Madrid la doctrina Trillo, en honor al que fuera ministro del PP. Se trata de una doctrina que sugiere un manto de protección jurídica para aquellos imputados del mundo de la alta política y las finanzas vinculados con casos de corrupción.
Un contubernio indecente
Esa misma fuente, experto conocedor de lo que se maquina en la cocina de los tribunales de la capital, se lamenta porque “en España no se ha hecho aún la transición política en materia judicial” y sentencia que “esos delincuentes de cuello blanco, saben a qué abogado hay que recurrir cuando su caso llega al Tribunal Supremo”.