Al menos 105 personas murieron y unas 350 resultaron heridas en el incendio de un templo en el sur de la India. El Ejército indio, bomberos y la Policía han colaborado en la evacuación de los heridos en el templo de Puttingal Devi, en la localidad de Paravur, en el estado de Kerala, a donde se ha desplazado el primer ministro indio, Narendra Modi, para evaluar la situación.
Todo apunta a que la tragedia se ha debido a la explosión de material pirotécnico con el que se cerraba el festival religioso que se celebraba en el lugar. Los fuegos artificiales habían comenzado en torno a la 01.00 de la madrugada. Dos horas después tenía lugar la deflagración, según ha informado el diario local Times of India. Las autoridades policiales han indicado que la nave en la que estaban almacenados los fuegos artificiales que se estaban lanzando comenzó a arder, provocando una explosión.
El templo no contaba con los permisos necesarios para organizar este tipo de espectáculos pirotécnicos.